Soy de los que piensan como Nelson Mandela cuando dijo aquello de que "la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo" y puesto a frasear tambíen soy partidario del proverbio africano que dice que "para educar a un niño hace falta una tribu entera", pero vivimos en tiempos agitados donde el eslogan prevalece sobre la reflexión, el titular sobre el cuerpo de la noticia y un tweet puede causar más impacto que un buen artículo o ensayo riguroso.
En este 8 marzo de 2021 que se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en un contexto muy complicado y anómalo por la pandemia mundial del Covid-19, donde se habla mucho de feminismo y poco o nada de coeducación, donde parece que toda las acciones para favorecer el movimiento feminista dependen de la celebraciones o no de manifestaciones reivindicativas de este movimiento que he apoyado y apoyaré siempre, donde parece que si no estás conmigo está contra mí, donde unos grupos intentan patrimonializarlo y otros juegan al divide y vencerás. En este contexto tan polarizado y reduccionista me cuesta creer que apenas se hable de lo que, desde mi punto de vista, es más importante, el día a día, con nuestra actitud, nuestro ejemplo y nuestro ser y estar, y eso pasa por la educación tanto en las familia como en la escuela. La escuela como motor de cambio, una escuela coeducadora de verdad que sea algo más que enseñar en una misma aula y con un mismo sistema educativo a alumnos de uno y otro sexo tal y como dice la R.A.E.Creo que cuando hablamos de coeducar es algo más que eso, coeducar es que los alumnos tomen conciencia de los estereotipos sexistas, de la desigualdad de género, de un modelo patriarcal superado, de respeto a las diferencias y de poner en valor y a la misma altura lo femenino y lo masculino, lo masculino y lo femenino, pero todo esto que dicho queda muy bien, los alumnos y alumnas tienen que vivirlo en el aula y fuera de ella, tienen que experimentarlo día a día, tienen que verlo con nuestro ejemplo, nuestros comportamientos entre nosotros y con ellos mismos. No hay mejor educación que el ejemplo.
Si somos capaces de que nuestros alumnos, desde su primer contacto con la escuela hasta que abandonen el sistema educativo, tengan unos referentes y modelos educativos basados en todo lo anterior estaremos dando pasos de gigantes en ese gran objetivo que es la lucha por la igualdad de género y no solo eso, al mismo tiempo habremos conseguido formar a ciudadanos y ciudadanas más tolerantes, más respetuosos con la diversidad en pocas palabras, más educados.
Pero si, para educar a un individuo hace falta una tribu entera y si una parte de la tribu se quiere imponer o niega a la otra, si entre miembros de la misma tribu se tiran los trastos a la cabeza, la escuela navega sola en aguas turbulentas y agitadas por los que tendrían que defenderla y ahí estamos los docentes, a contracorriente como siempre pero en el barco y con el rumbo claro y preciso, o eso creo yo.
Dicho esto, me he mostrado contrario a la celebraciones de las manifestaciones en este año fatídico , creo que las celebracione de estas pueden traer más daño que beneficios al movimiento feminista, pienso que la salud es un valor que está por encima de un derecho fundamental como es el de manifestación, y justificar y comparar estas grandes manifestaciones del 8M con otras autorizadas recientemente es rebajar y degradar la gran fuerza y capacidad de convocatoria de este gran movimiento del que estoy convencido que la gran mayoría de la tribu está por la labor si no se pierde el rumbo por el camino.
Comentarios
Creo que está en lo cierto, destaco uno de los puntos nombrados en el artículo, para que se pueda llevar a cabo una buena coeducación, una educación en valores, es muy importante la comunicación frecuente entre familia y escuela, si se intenta educar al menor de forma distinta en los diferentes ámbitos podemos dar por hecho que el resultado va a ser desfavorable y los docentes tendrán que hacer mayores esfuerzos para la obtención del objetivo, un objetivo muy importante en la actualidad.