Si, lo reconozco, puede que sea un maestro a la antigua, alguna vez (no muchas) me lo han dicho y en contra de lo que pueda parecer no me molesta, es más, puedo decir que hasta me agrada. Me gusta mirar para atrás, a esos maestros y pedagogos que hicieron de su docencia un ejercicio de innovación, de adaptación al medio y a los tiempos, esos maestros que, con los medios siempre escasos disponibles en su época derrocharon buen hacer, amor por la didáctica y sobre todo por los alumnos.
Soy de los que piensan que en la escuela está casi todo inventado, cuando me hablan de ABP, gamificación, Flipped Classroom..., como algo novedoso, moderno, a mi no me lo parece tanto, si miramos de nuevo hacia atrás y leenos, por citar a unos pocos, a Giner de los Ríos, Decroly, Dewey, etc, vemos que si hacemos el ejercicio de no mirar las fechas de nacimiento y muerte, nos hacen unas propuestas muy novedosas que cualquier centro que las aplicara hoy sería visto como una escuela innovadora y muy moderna porque usaría las TIC como potentes herramientas para desarrollarlas.Cada uno tiene sus referentes, su idea de educación, de escuelas, yo en este sentido soy más de Celestin Freinet que es más "moderno" que los anteriores, no obstante murió en 1966 cuando yo tenía 7 años. Tuve noticias de él, (muy poca, la cara de un folio en apuntes en la escuela de magisterio), y fue en la magnífica revista "Cuadernos de Pedagogía" a principios de los años ochenta a través de sus estupendos artículos y reportajes sobre la figura de Freinet.
A lo largo de mi carrera docente, he intentado de una manera o de otra aplicar sus "famosas" técnicas, la asamblea, el texto libre, intercambios escolares, publicaciones, conferencias de alumnos... y la verdad que que muy encorsetado por la rigidez del curriculum, los horarios, la incomprensión algunas de las veces tanto de padres como de compañeros, nunca de alumnos... no ha sido tarea fácil pero muy gratificante porque estás haciendo lo que crees que debes de hacer, lo mejor para los alumnos y para tu escuela aunque como me decía una buena amiga inspectora, seamos pequeñas islas en un océano pacífico.
A pesar de ser un antiguo, por fijarme en los viejos maestros, siempre me ha gustado mirar hacia adelante, como hacia Freinet adaptarme a la época y a los alumnos que tengo delante, cuando aparecieron los primeros ordenadores en la escuela, cuando llegó internet, me facilitaron mucho la tarea, tenía todas las herramientas necesarias para desarrollar la técnicas Freinet, pensad por un momento si él hubiera dispuesto en su tiempo de todo este potencial que las TIC nos proporcionan el gran legado de modelos y prácticas docentes que nos hubiera dejado. ¡Sí Freinet levantara la cabeza!.
Corren tiempos de mucho postureo y escaparatismo en algunos docentes que, provistos de mucha palabrería hueca, buena prosa y oratoria y supongo que con la mejor de las intenciones, confunden la innovación con un uso de las TIC y herramientas novedosas y poca didáctica. Yo, maestro a la antigua, sigo mirando hacia atrás a la didáctica, a la pedagogía, a la escuela moderna, y las TIC me empujan hacia adelante sin remedio pero con convencimiento de que es lo mejor para mis alumnos.
Comentarios
Lo que comentas me ha recordado a una frase que leí en el libro de “Carta a un joven profesor” de Philippe Meireu, que decía "enseñamos para mostrarnos dignos de aquel o aquella que antaño nos enseñó”. Esto me lleva a la calidez que tienen esos profesores antiguos, que eran más cercanos y nos daban ese sentimiento de familia que nos acercaba más a ellos y al conocimiento. Actualmente considero que se busca erradicar a ese profesor antiguo, puesto que sólo destacan las partes negativas de este papel, dejando de lado esta parte positiva que motivaba y hacía sentir bien al alumno, que le despertaba las ganas de aprender y de querer saber más.