En estos tiempos educativos que corren, donde gusta tanto reglamentar y
medir hechos educativos, debería ser obligatorio por decreto ley, que en las entradas de todos los
centros educativos, en el lugar de paso para todos más visible, se colocara un
cartel bien grande con un texto que dijera. “AQUI SE VIENE A SER FELIZ, A
DIVERTIRSE Y TAMBIÉN A APRENDER”
No es que yo crea que los centros
educativos sean tristes, aburridos y se aprenda poco, no es eso, pero si es
cierto que en todos ellos abundan,
aunque no podría cuantificarlo, muchos alumnos y bastantes profesores que no
disfrutan, que no gozan, que no se sienten bien, que se le hace cuesta arriba
el día el día y que el mejor momento es cuando suena el timbre de fin de clases.
A veces pienso, y todos hemos pasado por eso, cómo es posible que unos niños, unos
jóvenes, se pasen de cinco a seis horas
diarias de lunes a viernes, haciendo la
mayor parte de las veces lo que un docente le manda hacer: ahora tocar
escuchar, un poco después repetir, más tarde memorizar y para luego volver a
repetir en un examen, cosas que ni tan
siquiera les interesa y la mayor parte de la veces no le encuentran ningún
significado. ¿De verdad que con estas
rutinas, estas formas de dar clase, pude alguien alguien ser feliz, divertirse
y disfrutar aprendiendo, si es que se aprende?.
En esta escuela aburrida, previsible y
rutinaria apenas tiene cabida la iniciativa de los alumnos, la creatividad, la
curiosidad, el placer y el gusto de aprender, más ahora que están de moda esas
evaluaciones externas descontextualizadas y que buscan un número, una
nota, que se transformará en un ranking
de centros y, que de manera sutil, supedita el placer por aprender a la
competencia por una nota, que nos aleja de una escuela, creativa y colaboradora
y nos lleva a una escuela competitiva e individualista. Así es complicado que alumnos
y profesores sean felices, que se diviertan y disfruten aprendiendo y
enseñando.
Habría que ir buscando, desde mi punto de
vista, espacios y tiempos de aprendizaje
en donde se puedan combinar las reglamentaciones curriculares con las iniciativas
de alumnos y profesores, para saltarse el currículum, ( ya no digo el tema que toca en el libro de
texto) y aprovechar las potentes herramientas
de hoy en día para que se produzcan situaciones de verdaderos aprendizajes
significativos que partan del interés de los alumnos y que, un docente
comprometido, sepa entroncar con el currículum oficial. Habría que encontrar situaciones de aprendizaje
que propicien el trabajo en equipo entre alumnos y entre profesores, habría que
conseguir “devaluar ” en concepto de asignatura y romper con las rigideces de
los horarios, combinar el aprendizaje formal con el informal.
Sé que hablo, según algunos, de una
escuela imposible, utópica, que solo es posible que se de un contexto
determinado y elitista y difícilmente generalizable. Es posible que otros
piensen, y este es mi caso, que hay camino andado, que es posible, pero hay que
tener claro los grandes objetivos y no perder el norte, se trata de una escuela
que no prepare para los exámenes sino para la vida, de una escuela integradora
y no selectiva , ni competitiva, en donde la inmensa mayoría de alumnos y
profesores sean felices, se diviertan y aprendan unos de otros. Todo es
creérselo y empezar y no estaría mal que, para este próximo inicio de curso, en
todos los centros educativos se colgara ese cartel que decía al principio.
Comentarios
He ojeado tu blog y me parece, más que interesante, realista y razonable. Yo no soy profesor, soy padre de un niño de 9 años, y hace años (soy ingeniero) un gran profesional de mi sector me dijo que, para ser un buen ingeniero, a parte de los conocimientos teóricos, sólo necesitaba hacer un ejercicio de responsabilidad y sentido común en mis labores de cada día.
Pues bien, eso es lo que creo que propones en tus publicaciones. Los niños necesitan motivación y ver alicientes en la cultura del esfuerzo, que no esclavitud o extenuación a base de tareas. Me explico, tengo una sobrina que empieza 1º de ESO y no sabe enfrentarse a resolver un ejercicio que sea algo diferente a lo hecho en clase. Un día estaba en su casa y viendo que no era capaz de resolver las tareas le enseñé una web curiosa (http://academia.abation.es/) donde cuelgas un problema o ejercicio y te lo resuelven en menos de una hora, esto para ver como reaccionaba. Bueno, al principio alucinó y estuvo unos días enviando las dudas. Pero al cabo de unos días, como esperaba, ha dejado de resolver los ejercicios en la web y prefiere no hacerlos !!!. ¿Que pasa? pues para mi, lo que pasa es que el esfuerzo de tener que preguntar algo par que te lo expliquen y sobre todo, enfrentarse a una tarea que nos plantea un reto, es para muchos jóvenes algo que no se atreven a afrontar.
Y la culpa (por utilizar un término claro) es de los padres, que no hemos sabido enseñarles los beneficios de ese esfuerzo. En los colegios no se como se afronta esa actitud y por eso lo achaco a la educación en casa.
Bueno, encantado de descubrirte y te seguiré leyendo.
Me encanta la iniciativa de colgar ese cartel a la entrada de los colegios, pienso que es totalmente necesario, los alumnos y profesores necesitan esa motivacion y esas ganas de disfrutar aprendiendo y enseñando.
Hoy dia los niños se pasan horas y horas sentados, escuchando a sus profesores dar su lección magistral sin más recursos que un libro, haciendo que los alumnos cada vez más pierdan el hilo de la explicación, y luego de postre se llevan a casa una cantidad de deberes que le hacen estar toda la tarde sentados en su casa para acabarlo sin mas tiempo para poder jugar, ¿Creen que esto es necesario para un niño? a mi parece creo que los niños deben jugar y ¿Qué mejor manera que aprender jugando?.
Nuestra educación debe cambiar, ya no sólo por los niños, sino por los profesores que hacen su trabajo de prisa y corriendo, porque le exigen unos objetivos y unos contenidos obligatorios, por ello creo que empezar por motivar con este cartel puede ser un gran paso.
Un punto que quiero destacar es como dice Domingo Méndez, y es que se debe tener en cuenta la actitud que muestra el profesorado, puesto que estos deben saber que son el “eje fundamental de la educación”, quien de una cierta manera creativa y lúdica deben adaptarse a las necesidades de sus alumnos.
Como menciona el autor se debe buscar iniciativas y nuevas herramientas para que el aprendizaje llegue a ser significativo. Lo que se busca es un aprendizaje mediante la diversión, se les debe incentivar a los más pequeños para que su curiosidad les lleve a aprender y querer saber más por sí mismos.
Como plasma el final del artículo, todo es creérselo y empezar a cambiar desde dentro de los centros educativos, por lo tanto el profesor tiene el mando para que el aprendizaje no sea una carga.
Desde mi punto de vista, este cartel aparte de tener que ponerse en todas las instituciones escolares, debería de ponerse también por todos lados, porque el mundo está lleno de gente que no disfruta lo que hace, ya sea porque no han tenido la oportunidad de hacer algo que les gusta o por diversos aspectos. Respecto a las instituciones escolares, sí que es verdad que los niños llegan a la escuela sin ánimo de nada y pensando que tienen que tirarse otro día más sentado en una silla escuchando a distintos profesores y deseando que termine la mañana. Por ello, se debería aprovechar las diversas herramientas que hay para dar clase de una forma más divertida en la que se trabaje de forma colectiva, para que tanto el alumno como el profesor lleven a cabo las clases y el aprendizaje con motivación y de manera más eficaz.
Me ha encantado su entrada, me parece una gran iniciativa poner en las escuelas ese cartel para motivar tanto a alumnos como a profesores porque como tu bien has dicho hay muchos de ellos que no disfrutan el día a día en el centro escolar que van porque tienen que ir por obligación y no por gusto de aprender y/o enseñar.
Debemos buscar herramientas nuevas para que el aprendizaje de los alumnos sea más significativo y no que el aprendizaje se base simplemente en un número en el papel de aprobado o suspenso sino que vayamos más allá y trabajemos con el currículo oculto que trabaja los valores, las cualidades personales y las conductas, y creo que es posible una educación diferente y más completa con el esfuerzo de los docentes y los alumnos.
¡NO ES IMPOSIBLE SE PUEDE LOGRAR!
¡Así que todos a colgar carteles, que no se olvide dibujar esa sonrisa en la cara!
Como educadores, es nuestro “deber” crear curiosidad a los alumnos, hacer que investiguen, que estén ansiosos por ir al colegio cada día para ver qué aprenderán. El problema radica en el hecho de que el sistema educativo actual está basado en un currículum del cual no se quiere salir, un sistema educativo competitivo e individualista, que no hace trabajar a los alumnos entre sí, y que lo que pretende es crear trabajadores, no personas.
Este es el mayor error que estamos cometiendo porque si nuestros alumnos son felices, desarrollarán mayores habilidades, serán capaces de construir su propio conocimiento, y no estaremos formando empleado de una empresa, sino personas con conciencia y capaces de pensar por sí mismos.
Pienso que la motivación de los alumnos es fundamental en su proceso de enseñanza-aprendizaje, y el docente tiene un papel muy importante, tiene que lograr sembrar la curiosidad y el deseo de aprender, y tiene que mostrar su pasión por la enseñanza.
Se nota a distancia aquel profesor que tiene vocación y que se entrega a sus alumnos, y disfruta enseñándoles y aprendiendo con ellos. Es muy importante que el docente transmita esto, ya que influye en la motivación del estudiante para aprender y aplicar los conocimientos, generando así una actitud proactiva y positiva. De la misma forma, existen muchos docentes a los cuales no les gusta su trabajo, y se limitan a seguir el libro de texto, y mandar deberes, por ello los alumnos acaban perdiendo el interés por aprender y aparece la desmotivación.
Para poder generar esta motivación en los alumnos, los docentes deberían cambiar sus técnicas o estrategias, para no producir en los estudiantes falta de interés o aburrimiento.
Pienso que la motivación de los alumnos es fundamental en su proceso de enseñanza-aprendizaje, y el docente tiene un papel muy importante, tiene que lograr sembrar la curiosidad y el deseo de aprender, y tiene que mostrar su pasión por la enseñanza.
Se nota a distancia aquel profesor que tiene vocación y que se entrega a sus alumnos, y disfruta enseñándoles y aprendiendo con ellos. Es muy importante que el docente transmita esto, ya que influye en la motivación del estudiante para aprender y aplicar los conocimientos, generando así una actitud proactiva y positiva. De la misma forma, existen muchos docentes a los cuales no les gusta su trabajo, y se limitan a seguir el libro de texto, y mandar deberes, por ello los alumnos acaban perdiendo el interés por aprender y aparece la desmotivación.
Para poder generar esta motivación en los alumnos, los docentes deberían cambiar sus técnicas o estrategias, para no producir en los estudiantes falta de interés o aburrimiento.
Pienso que la motivación de los alumnos es fundamental en su proceso de enseñanza-aprendizaje, y el docente tiene un papel muy importante, tiene que lograr sembrar la curiosidad y el deseo de aprender, y tiene que mostrar su pasión por la enseñanza.
Se nota a distancia aquel profesor que tiene vocación y que se entrega a sus alumnos, y disfruta enseñándoles y aprendiendo con ellos. Es muy importante que el docente transmita esto, ya que influye en la motivación del estudiante para aprender y aplicar los conocimientos, generando así una actitud proactiva y positiva. De la misma forma, existen muchos docentes a los cuales no les gusta su trabajo, y se limitan a seguir el libro de texto, y mandar deberes, por ello los alumnos acaban perdiendo el interés por aprender y aparece la desmotivación.
Para poder generar esta motivación en los alumnos, los docentes deberían cambiar sus técnicas o estrategias, para no producir en los estudiantes falta de interés o aburrimiento.
No debemos olvidar nunca la importancia de una educación emocional. Debemos prestar atención a las emociones de los alumnos y motivarlos en todos los aspectos que podamos. Me ha encantado la iniciativa de los carteles en las escuelas: “Aquí se viene a ser feliz, a divertirse y a aprender”
En un artículo publicado por Rocío Ruiz en 2010 se dice : " uno de cada 3 niños, se aburren en las escuelas".Ello provoca que muchos niños abandonen el colegio antes de acabar la educación secundaria obligatoria, y que las tasas de abandono escolar sean cada vez más y más altas.
Son muchos los centros que cada vez abogan por implementar en el currículo: La creatividad, trabajo en equipo, valores...algo que es clave enseñar en los niños y que provoca muy buenos resultados. Pero quizás el incidir en todos estos aspectos no se vean reflejados en informes como el de Pisa, y por ello se prefiera un niño aburrido y desmotivado por aprender pero que " produce", a lo contrario.
La tarea fundamental que nos queda es transformar la educación de tal forma que llegue a estimular las habilidades y/o capacidades individuales que posee cada persona, apuntando a un tratamiento más personalizado. Una educación que de cabida y trascendencia a la pasión, las emociones, la creatividad y el talento.
Necesitamos formar personas íntegras y felices y esto se consigue cuando somos capaces de indagar en nosotros mismos al punto de darnos cuenta y descubrir qué es lo que nos motiva, qué nos apasiona de la mano de una educación que permita que esto sea posible…
desde muy pequeños nos enseñan la jerarquía de las asignaturas en los colegios, lo más importantes las matemáticas y la lengua y lo menos las artes y el deporte, hay pocos sistemas educativos, que enseñe música con la misma importancia que enseñar matemáticas.
En nuestra cultura son estas asignaturas las que nos llevan a un puesto valorar mientras otras como la danza, siempre nos ha sido dicho que " no sirve par nada, eso no es un trabajo,es muy difícil vivir de eso...", aquí me viene como anillo al dedo mencionar la entrevista de Punset a Ken Robinson donde se menciona precisamente esto.
En fin, y para acabar, deberíamos empezar cambiando los malos hábitos que culturalmente se han generado en las escuelas, para empezar a ver cambios en los alumnos y así en la sociedad. Excelente artículo
http://www.larazon.es/historico/9003-tres-de-cada-cuatro-alumnos-se-aburren-en-clase-OLLA_RAZON_286947
https://www.youtube.com/watch?v=eEqF_1aXUw4
son los libros, los cuadernos, los lapiceros o las pizarras. Hoy, quizás más que
nunca, es preciso devolver la sonrisa a los rostros de los niños y niñas y al
semblante de sus maestros y maestras.Los niños necesitan querer aprender y para ello se necesita motivación. Los niños tienen que ir a clase motivados y con ganas de aprender para que logren ese objetivo. Pero esta motivación no sólo debe generarse a través de los profesores demostrando su interés por enseñar a los alumnos de una forma más dinámica y amena, sino también las familias tienen que participar en este proceso.
No debemos olvidar nunca la importancia de una educación emocional. Debemos prestar atención a las emociones de los alumnos y motivarlos en todos los aspectos que podamos. Me ha encantado la iniciativa de los carteles en las escuelas: “Aquí se viene a ser feliz, a divertirse y a aprender”
La escuela mata la imaginación, creatividad y el gran potencial que pueden tener los niñ@s, haciéndoles creer que lo importante es obtener buenas notas.
La escuela debe ser un lugar donde los niños puedan desarrollar todo su potencial ya sea artístico, matemático o de cualquier otro tipo, ya que recordemos que cada niñ@ es diferente y tiene unas habilidades y cualidades distintas a otr@ niñ@, y por supuesto no hay que olvidar que un centro, debe ser un lugar donde tanto docentes como alumn@s realmente se sientan a gusto con lo que hacen.
Por último decir que desde mi punto de vista, es necesario que los docentes tengan una formación continua y que permanezcan informados de nuevas metodologías, innovaciones educativas entre otras, que permitan hacer de la clase un lugar donde aprender es algo divertido, interesante y a la vez necesario para poder tener una formación para el día de mañana.
En los centros escolares la mayoría de los alumnos, por no decir todos, asisten sin motivación y sin entusiasmo por aprender. Esto también se refleja en la actitud de docentes que se encuentran desanimados por la educación actual o porque la profesión que están desempeñando no es la que desean, y esa desmotivación la transmiten a sus alumnos.
Los alumnos asisten a las aulas para escuchar, callar, memorizar y llevar a casa una gran cantidad de tareas sobre lo que han "aprendido" en clase.
A los alumnos se les debería dejar participar, interactuar, dar su opinión y punto de vista, se les debería explicar el por qué están estudiando esos contenidos, etc.
Actualmente no se tiene en cuenta al alumno y sus intereses, los docentes deben regirse por un currículum cerrado por el cual deben cumplir unos objetivos, seguir una metodología, dar todos los contenidos a la ligera y con una evaluación cerrada, sin tener en cuenta las peculiaridades de los alumnos.
La comunidad educativa debería cambiar, y esto se debe hacer entre todos los participantes de la educación, empezando por los docentes, los cuales deben tener una formación permanente ya que la sociedad actual está en continuo cambio.
Los alumnos deben ser los protagonistas, se les debe motivar con metodologías innovadoras cuyo aprendizaje sea significativo, mediante juegos y actividades que lleven al aprendizaje y que no sea únicamente dar contenidos porque sí para aprender de memoria y después de unos días olvidar.
Aprender cosas y contenidos nuevos debe ser atrayente para los alumnos, pero no es así y esto debe cambiar y se puede lograr entre todos.
Excelente post, y enhorabuena por el Blog.
Saludos!!
Excelente post, y enhorabuena por el Blog.
Saludos!!
Será así como se acabe con las rutinas y el aprendizaje y la enseñanza comience a ser un proceso de felicidad y diversión
El sistema educativo debería de cambiar, debería pensar más en los alumnos y también en los profesores, en que exista un aprendizaje significativo, donde todos aprendan y puedan ser felices.
Es cierto que se ha experimentado un cambio de mentalidad acerca del colegio. Hace muchos años se veía como una institución a la que muy pocos afortunados tenían acceso, mientras la gran mayoría deseaba tener la oportunidad de poder asistir a clase.
Actualmente, no existen factores que estimulen al alumno. Las clases se limitan a la lectura del temario, donde incluso el mismo profesor dice lo que hay que subrayar, donde los alumnos escupen en los exámenes el temario textualmente. Uno de los principales motivos de este hecho es la conducta y actitud pasiva que mantienen algunos de los educadores, cosa que debemos erradicar, ya que son la autoridad educativa responsable del futuro de esos niños. Esto hace evidente la necesidad que actualizar pedagógicamente el método y las técnicas de enseñanza-aprendizaje, pues el objetivo central es que los niños aprendan. Algo inalcanzable, a mi pensar, ya que el sistema educativo tan solo se centra en las calificaciones, alejándose así de la principal finalidad; prepararlos para la vida.
La mayoría de los niños hoy en día sufren desmotivación y frustración, ocasionando de esta manera un gran desinterés en la escuela. Esto queda reflejado en la gran cantidad de absentismo y abandono escolar existente.
De ahí, la necesidad de un cambio en la metodología, donde el niño aprenda a través de sus intereses y preferencias, del contacto y trato con los compañeros, donde encuentre la escuela como un lugar del que no quiera irse tras acabar la jornada, en el que se sienta feliz y se divierta.
Este cartel creo que debería ser obligatorio para todas las instituciones educativas. Tanto niños como profesores deberían ir al colegio por disfrutar y aprender, conocer cosas nuevas, socializarnos… y no por obligación, y creo que este cartel serviría como motivación.
Estamos cansados de una escuela tradicional, donde el profesor es el emisor y los alumnos receptores sin ser partícipes de las lecciones, por lo tanto, debemos de buscar nuevos modos de impartir las materias y nuevas herramientas para que el aprendizaje de los niños llegue a ser significativo y no algo aburrido por obligación. La escuela debe tener como objetivo, no solo el educativo, sino también, el personal, ya que trabajan con personas, con sentimientos y valores. Por ello me ha gustado el mensaje que transmite el cartel, ya que, si los alumnos son felices, desarrollarán mayores habilidades, y grandes virtudes como personas.
Para empezar a cambiar, deberíamos replantearnos si la metodología pedagógica que se lleva a cabo es la adecuada, yo digo que no. Deberíamos empezar cambiando esto, fomentar un aprendizaje más significativo, no basarse en dar contenidos que su fin sea “vomitarlo el día del examen” y ya obtener tu calificación para pasar de curso. Un aprendizaje centrado más en la participación del alumno, fijarse en sus interés y despertar su motivación, ayudarlo a encontrarse a el mismo y que el profesor sea un guía en su aprendizaje.
Un saludo, Verónica.
Para empezar a cambiar, deberíamos replantearnos si la metodología pedagógica que se lleva a cabo es la adecuada, yo digo que no. Deberíamos empezar cambiando esto, fomentar un aprendizaje más significativo, no basarse en dar contenidos que su fin sea “vomitarlo el día del examen” y ya obtener tu calificación para pasar de curso. Un aprendizaje centrado más en la participación del alumno, fijarse en sus interés y despertar su motivación, ayudarlo a encontrarse a el mismo y que el profesor sea un guía en su aprendizaje.
Un saludo, Verónica.
Para empezar a cambiar, deberíamos replantearnos si la metodología pedagógica que se lleva a cabo es la adecuada, yo digo que no. Deberíamos empezar cambiando esto, fomentar un aprendizaje más significativo, no basarse en dar contenidos que su fin sea “vomitarlo el día del examen” y ya obtener tu calificación para pasar de curso. Un aprendizaje centrado más en la participación del alumno, fijarse en sus interés y despertar su motivación, ayudarlo a encontrarse a el mismo y que el profesor sea un guía en su aprendizaje.
Un saludo, Verónica.
Para empezar a cambiar, deberíamos replantearnos si la metodología pedagógica que se lleva a cabo es la adecuada, yo digo que no. Deberíamos empezar cambiando esto, fomentar un aprendizaje más significativo, no basarse en dar contenidos que su fin sea “vomitarlo el día del examen” y ya obtener tu calificación para pasar de curso. Un aprendizaje centrado más en la participación del alumno, fijarse en sus interés y despertar su motivación, ayudarlo a encontrarse a el mismo y que el profesor sea un guía en su aprendizaje.
Un saludo, Verónica.
Para empezar a cambiar, deberíamos replantearnos si la metodología pedagógica que se lleva a cabo es la adecuada, yo digo que no. Deberíamos empezar cambiando esto, fomentar un aprendizaje más significativo, no basarse en dar contenidos que su fin sea “vomitarlo el día del examen” y ya obtener tu calificación para pasar de curso. Un aprendizaje centrado más en la participación del alumno, fijarse en sus interés y despertar su motivación, ayudarlo a encontrarse a el mismo y que el profesor sea un guía en su aprendizaje.
Un saludo, Verónica.
La educación mata la curiosidad de nuestros alumnos, acaba con su creatividad. Lógico, puesto que se ven obligados a obedecer como borregos sin posibilidad de elegir. Estudian lo que se les impone a la fuerza y punto, no hay lugar a debate. No se les permite elegir lo que quieren que se les enseñe, y así nadie quiere aprender, con razón... Por no hablar de que los contenidos que se les imparten les son inútiles en su día a día, ¿así cómo diantres vamos a conseguir que vayan a clase felices y motivados?, lo extraño sería que se consiguiese.
Necesitamos cambios, y los necesitamos urgentemente desde hace ya muchas décadas. Los alumnos suplican un cambio, los profesores exigen un cambio, ya que solo se les pide que sus alumnos obtengan buenos resultados, del aprendizaje verdadero nos olvidamos, solo interesan las altas notas, los alumnos pueden ser infelices siendo niños y estando en la flor de la vida, pero solo importa que saquen buenas notas, por supuesto que sí. Si no se sucede un cambio drástico tanto de metodologías empleadas como de contenidos a enseñar, me temo que estamos condenados a que nuestros alumnos y profesores vayan cabizbajos a clase a sabiendas de lo que les espera. Algo que ni una parte ni la otra desean, pero que no tienen más remedio que aguantar porque no hay otra.
Estoy de acuerdo con el autor, deberíamos de cambiar la forma de educar y las metodologías educativas, adaptándonos a esta sociedad cambiante, para que no se dé, como decía el autor: “esta escuela aburrida, previsible y rutinaria”, por el contrario, deberíamos potenciar en el alumnado su capacidad creativa, su curiosidad, el placer y el disfrute por aprender, ya que el punto de partida son los intereses y el desarrollo integral de los niños.
La idea es dejar de lado la manera tradicional de impartir clases, donde hacemos de los alumnos agentes pasivos que se limitan a escuchar, ellos deberían de ser los que tengan voz dentro del aula, convirtiéndose el profesor en el mediador del aprendizaje.
Pero de esta situación no tiene la culpa el profesorado, se ven presionados por alcanzar los objetivos y contenidos obligatorios, dejando de un lado lo realmente importante, a los niños.
En definitiva, debemos de fomentar una escuela que prepare, siguiendo las palabras del autor, “para la vida”, donde los alumnos y profesores sean y estén felices por lo que hacen, se diviertan y aprendan entre ellos.
Nuestro sistema educativo provoca que los alumnos adopten una actitud pasiva en clase, lo que conlleva que estos se aburran y no les motive nada el aprendizaje. Pero ¿qué es lo que nuestros alumnos necesitan? Necesitan ser participantes activos de su proceso de aprendizaje, para ello debemos apostar por una metodología activa y participativa, de carácter lúdico, que fomenten la creatividad, la imaginación, el descubrimiento, la manipulación y el pensamiento crítico.
Es cierto que se nos presentan ciertas trabas para llevar estas metodologías al aula, pero no es imposible. Se trata de adaptar los objetivos y contenidos del currículo a las necesidades de los alumnos, trabajar el currículo realmente de manera abierta y flexible.
Hoy en día en los centros educativos, tanto los docentes, como los alumnos e incluso los padres hacen de la acción educativa una rutina que con suerte acabará en los meses de verano, pero que unos meses después volverá.
Pues los profesores se centran e la mera transmisión de conocimientos determinados en un currículo previo. los alumnos, se convierten en receptores de la información. Esto no debe ser así, los alumnos deben aprender una educación para la vida independientemente de si luego van a ir a la universidad o finalizaran sus estudios hasta la educación obligatoria.
Los maestros no deben de olvidar que están e los aulas porque decidieron dedicarse a esa profesión por un motivo y no por el hecho de tener una rutina deben resignarse a una educación de mera transmisión de información.
Deben procurar en los colegios buscar la mejor forma de llegar a los alumnos y que estos reflexionen y aprendan de manera activa.
En mi opinión, es indispensable que, la sociedad actual cambie su concepto de escuela y se de cuenta que esto no se trataría de una escuela utópica, sino real y necesaria. La escuela es la segunda casa de los niños, y es preciso que se encuentren en ella cómodos, que vean en ella un refugio, que se creen ganas de descubrir, que se le de más importancia a la educación emocional. Evitaríamos así muchas frustraciones, tanto de alumnos como docentes.
Lo más importante de la escuela debería ser, que los niños aprendieran con una metodología abierto, flexible, siempre con una sonrisa y sobre todo que aprendan de manera feliz.