Son los tiempos que corren, los youtubers, influencer y demás personal que viven de las redes y que cuentan con millones de seguidores, fundamentalmente jóvenes que amamantan con diferentes temáticas y enganchan con mensajes tan llamativos como superficiales e intrascendentes creando una subcultura galopante basada en el espectáculo, la notoriedad y el culto al becerro de oro.
Me preocupa especialmente la generación de adolescentes y jóvenes que están creciendo y madurando en este submundo irreal y en el que están construyendo una escala de valores muy alejada de la realidad que les espera de adultos y que les puede ocasionar sentimientos de frustración o problemas de adaptación a un entorno social también digital pero competitivo y alejado del mundo fantástico y guay del youtuber.
A nosotros, los docentes, nos piden que preparamos a niños, adolescentes y jóvenes para que cuando sean adultos sean ciudadanos críticos, responsables, que paguen sus impuestos, buenos profesionales..., y tenemos que competir, en el sentido más duro de la palabra, con estos otros jóvenes líderes de audiencias millonarias que solo cuentan con un pito, un tambor y mucha capacidad de persuasión. Se me antoja que en esta competición, ese duelo, está totalmente descompensado y ni tan siquiera se roza el equilibrio de fuerzas por lo que creo que la batalla está perdida, así que en estos casos habría que recurrir a aquello de que dos no se pelean si uno no quiere.Ante la pregunta ¿qué podemos hacer? no tengo ninguna respuesta clara, ya me gustaría. Desde los centros educativos, no hablo ya de las familias, tenemos que promover y persuadir con una educación en valores que no entre en colisión ni demonice la subcultura youtuber pero que ofrezca una alternativa mejor y diferente, que haga ver a nuestros alumnos la otra vía que no tiene porqué ser menos atractiva pero sí más real. Es en este punto donde si veo que las leyes educativas, lo curriculum, lo planes de estudio, la vida y organización de los centros educativos, la metodologías docentes, etc, deben de ser los suficientemente válidas , flexibles y atractivas para que ayudemos a nuestros alumnos en el mundo real que es, en definitiva el que les espera. No es fácil pero puede que sea urgente y siempre más y mejor educación.
Comentarios