El espectáculo que estamos viviendo en este país, no se si en otros también, desde que se inició la pandemia, se aleja mucho de lo que entiendo que deben ser los comportamientos de personas, en principio, normales y corrientes y perfectamente integradas en una sociedad libre y democrática y que asume unos valores con el objeto de mejorar la vida de los individuos y a su vez del colectivo.
Si echamos un vistazo a lo que ha ocurrido con la administración de las vacunas, con esos personajes insolidarios que se han saltado los protocolos y se han puesto una dosis cuando simplemente no les tocaba, y sobre todo, la caradura y le falta de respeto a la ciudadanía con esas explicaciones tan absurdas como irrisorias, seguramente no han pensado en los demás, solo en ellos y no, no son personas precisamente irrelevantes sino más bien todo lo contrario, desde políticos, un militar de máxima graduación y hasta un obispo, todo esto que sepamos y a mi, sinceramente me rompe los esquemas.
Me choca un poco cuando se habla de los jóvenes como uno de los colectivos más díscolos de la pandemia y se demonizan de manera tan injusta muchas veces por sus comportamientos insolidarios para con los demás y , sin embargo, tenemos a estos "respetables" adultos que ocupan altos estamentos sociales actuando de manera tan egoísta y arrogante por las explicaciones, que me dejan con la duda de que si en la cúspide ocurre esto que no ocurrirá más abajo.Se dice por activa y por pasiva, y muchos lo tenemos asumido, que para educar a un individuo hace falta una tribu entera, pero se supone que la tribu y sus líderes en situaciones de gravedad como la que estamos pasando, en donde peligra toda la tribu, han de poner todo su potencial y la mejor organización en la supervivencia de la tribu, del colectivo, en pensar en todos y no en ellos, pero en este caso no ha sido así, el mensaje que estos adultos "modélicos y triunfadores" han mandado a toda la tribu, incluido los jóvenes, es todo lo contrario primero yo, después los míos y si sobra pues ya los otros y además te lo explico.
Contra todo esto a los docentes y familias se nos pide que eduquemos a ciudadanos responsables y preparados para vivir en una sociedad democrática donde el respeto a los normas y a las leyes es la base de toda convivencia y todos nos sometemos a ellas y si , en ello estamos, pero una parte muy importante y notable del resto de la tribu no sólo no ayuda sino que además parece que muchas de la veces va en sentido contrario con esos comportamientos tremendamente egoístas y esas justificaciones tan tontas como irrespetuosas. Así que desde una parte de esa tribu me siento con la obligación de repetir, esta vez para ellos, lo que digo siempre a mis alumnos, hay que pensar siempre en los demás, todos nos necesitamos y nadie es más que nadie.
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