
Esta semana me han pasado muchas cosas, como casi siempre, pero entre todas quiero destacar una buena y otra mala.
Empiezo por la buena, a mi centro ha llegado una pizarra digital interactiva, concretamente una
eBeam, ni que decir hay que ha sido un acontecimiento la primera demostración a los compañeros de este artilugio que parece mágico y con enormes posibilidades educativas y sobre la que en sucesivos comentarios iré escribiendo sobre ella. Ahora la mala, coincidiendo con la llegad de la PDI se encontraban en mi centro, de visita, un grupo de estudiantes de magisterio y, ¡oh sorpresa!, cuando les hablo de la PDI no saben de que estoy hablando.Este hecho levanta mis sospechas y sigo investigado poco a poco, sobre todo lo relacionado sobre educación y las TIC que les enseñan en la Facultad de Educación y, ¡oh sorpresa!, parece que en la cuna del saber, en donde se supone que deben de preparar a buenos profesionales, en donde se supone que deben de estar en la vanguardia de lo que acontece en el mundo educativo, en donde se supone que deben de predicar con el ejemplo... pues eso, solo se supone, porque la realidad es muy diferente.
Al menos a este grupo de cinco alumnos de segundo año, nadie hasta el momento, les ha hablado, explicado, mostrado, enseñado, nada que tenga que ver con la escuela y las TIC, es más, ni los propios profesores las utilizan para dar sus clases , a lo sumo una presentación en PowertPoint que el profesor o catedrático de turno lee, según ellos, en plan aburrido.
Quiero pensar que no es un hecho generalizado de todas las Facultades de Educación, quiero pensar que que este grupo de alumnos han tenido mala suerte con estos profesores, quiero pensar que esto no pasará en las Facultades de medicina, arquitectura, etc.
No quiero pensar que como he leído en este estupendo artículo "
Quién quiere ser profesor", de que se siga educando a jóvenes del siglo XXI, usando metodologías del siglo XX y con un curriculum del siglo XVIII. ¡No lo quiero pensar!.