Tras leer estupendas entradas de Jordi Adell, Manuel Area y Anibal de la Torre sobre libros digitales y de texto desde diferentes perspectivas, bien sea desde ámbito editorial, de la administración educativa y de los docentes, me han tentado a escribir sobre el tema, y me lanzo a ello de la manera más explícita posible.
Antes de nada aclarar que hasta el día de hoy , no tengo claro lo que es un libro de texto digital, es decir no sé lo que es exactamente, porque lo que me han mostrado como libro digital no deja de ser un libro de texto de los de toda la vida metido dentro de la pantalla de un ordenador al cual le han añadido unos hiperenlaces, unos vídeos y unas cuantas animaciones, por lo tanto tiende a perpetuar en el tiempo un tipo de enseñanza unidireccional, academicista, poco colaborativa y nada creativa, es decir, todo lo contrario a los que nos propone eso que genéricamente llamamos escuela 2.0.
No tiene sentido, no veo ningún avance, ningún cambio, ninguna innovación en la propuesta de estos supuestos libros digitales, no favorecen un avance metodológico a una forma de enseñar y de aprender más participativa y colaborativa , ni un nuevo tratamiento de los contenidos, ni un enfoque diferente a la evaluación, por lo tanto creo que nos ofrecen más de lo mismo, contemplando a los alumnos como consumidores de contenidos y no como productores de los mismos repitiendo unos esquemas caducos y anacrónicos para los tiempos que corren y que correrán.
No estoy para nada en contra de los libros de texto, no podría estarlo, en la escuela no sobra nada que valga para la transmisión y la adquisición de la cultura y del conocimiento y los libros, evidentemente lo son , de lo que estoy en contra el del uso abusivo de los libros de texto como única y casi exclusiva fuente de conocimiento en las aulas , estoy en contra de la mala calidad de muchos de ellos en cuanto a la presentación de contenidos y actividades, de que sean los que marquen la agenda de alumnos y profesores y sean los amos de la clase.
Nuestros alumnos del siglo XXI necesitan otro tipo de herramientas para acceder a la conocimiento y a la cultura, el libro de texto tal y como lo conocemos y el maestro que lo siga al pie de la letra, como muchas veces ocurre, son incapaces por ellos solos satisfacer las necesidades de nuestros alumnos digitales, se hace necesario el abandono de estas prácticas excesivamente librescas y academicistas para ir evolucionando a unas formas de enseñar y aprender basado en lo digital, en la colaboración, en la elaboración y difusión los propios contenidos de aprendizaje y por consiguiente en otras formas de entender la evaluación, que esta deje de ser ese examen de diez preguntas a un punto por pregunta correcta.
Me gusta no hablar de oídas , llevo 27 años en la escuela y si de algo intento huir en la vida es de la rutina y de la mediocridad, por ello me gusta predicar con el ejemplo, así en febrero pasado tuve la suerte de participar, junto con otros compañeros, en el II Encuentro de experiencias 2.0 organizado por el ITE y allí presenté mi experiencia de algunos años sin libro de de texto y de la cual se puede ver un resumen y sobre todo la opinión de mis propios alumnos contando con toda naturalidad lo que hacemos en clase y os aseguro que aprenden más y mejor.
Antes de nada aclarar que hasta el día de hoy , no tengo claro lo que es un libro de texto digital, es decir no sé lo que es exactamente, porque lo que me han mostrado como libro digital no deja de ser un libro de texto de los de toda la vida metido dentro de la pantalla de un ordenador al cual le han añadido unos hiperenlaces, unos vídeos y unas cuantas animaciones, por lo tanto tiende a perpetuar en el tiempo un tipo de enseñanza unidireccional, academicista, poco colaborativa y nada creativa, es decir, todo lo contrario a los que nos propone eso que genéricamente llamamos escuela 2.0.
No tiene sentido, no veo ningún avance, ningún cambio, ninguna innovación en la propuesta de estos supuestos libros digitales, no favorecen un avance metodológico a una forma de enseñar y de aprender más participativa y colaborativa , ni un nuevo tratamiento de los contenidos, ni un enfoque diferente a la evaluación, por lo tanto creo que nos ofrecen más de lo mismo, contemplando a los alumnos como consumidores de contenidos y no como productores de los mismos repitiendo unos esquemas caducos y anacrónicos para los tiempos que corren y que correrán.
No estoy para nada en contra de los libros de texto, no podría estarlo, en la escuela no sobra nada que valga para la transmisión y la adquisición de la cultura y del conocimiento y los libros, evidentemente lo son , de lo que estoy en contra el del uso abusivo de los libros de texto como única y casi exclusiva fuente de conocimiento en las aulas , estoy en contra de la mala calidad de muchos de ellos en cuanto a la presentación de contenidos y actividades, de que sean los que marquen la agenda de alumnos y profesores y sean los amos de la clase.
Nuestros alumnos del siglo XXI necesitan otro tipo de herramientas para acceder a la conocimiento y a la cultura, el libro de texto tal y como lo conocemos y el maestro que lo siga al pie de la letra, como muchas veces ocurre, son incapaces por ellos solos satisfacer las necesidades de nuestros alumnos digitales, se hace necesario el abandono de estas prácticas excesivamente librescas y academicistas para ir evolucionando a unas formas de enseñar y aprender basado en lo digital, en la colaboración, en la elaboración y difusión los propios contenidos de aprendizaje y por consiguiente en otras formas de entender la evaluación, que esta deje de ser ese examen de diez preguntas a un punto por pregunta correcta.
Me gusta no hablar de oídas , llevo 27 años en la escuela y si de algo intento huir en la vida es de la rutina y de la mediocridad, por ello me gusta predicar con el ejemplo, así en febrero pasado tuve la suerte de participar, junto con otros compañeros, en el II Encuentro de experiencias 2.0 organizado por el ITE y allí presenté mi experiencia de algunos años sin libro de de texto y de la cual se puede ver un resumen y sobre todo la opinión de mis propios alumnos contando con toda naturalidad lo que hacemos en clase y os aseguro que aprenden más y mejor.
Comentarios
¿Pero no eras tú el gran defensor de Clic?, ¿Abandonas el lado oscuro?
Un abrazo Domingo :)
Es cierto lo que dices, estamos en un momento único para cambiar la escuela, creo que lo tenemos todo a favor, así que hay que atreverse.
Mi nombre es Silvia Vega, trabajo como redactora de la revista digital de cultura, El Porta(L)Voz (www.elportalvoz.com), y nos gustaría invitrale a colaborar con nosotros en la revista pues creemos que los artículos se su blog encajan a la perfección con la línea editorial seguida por la revista.
Le dejo mi dirección de correo electrónico,por si estuviera interesado en colaborar, para enviarle más información.
redaccionelportalvoz@ateiamerica.com
Muchas gracias. Atentamente:
Silvia Vega
Imaginemos que los libros digitales, son capaces de seguir en las areas de evaluacion continua, las respuesta de cada estudiante en cada objeto de aprendizaje. Si vosotros como profesores, una vez impartida las clases o incluso, antes de impartirlas, pudieses saber donde falla cada uno de sus alumnos, pues les aseguro que seria bastante mas facil que los ayudaseis en superarlas. Esa puede ser una de las ventajas de un libro digital....digo yo...
En cuanto a la propuesta de Arnando, efectivamente es una ventaja y no hay que imaginarlo, eso ya existe y es útil.
Soy estudiante de Psicopedagogía en Argentina y desde hace un tiempo ya, observo en un importante atraso respecto a las didácticas utilizadas, en términos generales.
Mucho se habla acerca de la inclusión TICS en el aula, pero poco se ha avanzado en una adecuada instrumentalización de las mismas, a fin de que éstas logren articularse con el paradigma del aprendizaje constructivo, al que muchos docentes en teoría dicen adherir, cuando en la praxis continúan poniendo en marcha toda una serie de dispositivos que claramente pertenecen a postulados contradictorios.
Me resuena la siguiente frase: “Nuestros alumnos del siglo XXI necesitan otro tipo de herramientas para acceder al conocimiento y a la cultura”. Los tiempos han cambiado y la escuela no puede quejar fuera de ello, los alumnos de hoy necesitan otros medios y las TICS son, seguramente, una importante herramienta no sólo para el acceso al conocimiento y la cultura, sino que también se incorporan como un cabal instrumento de motivación para los alumnos.
En nuestro país, actualmente, se está poniendo en práctica el programa “una computadora por alumno”, y ojala que el mismo se encuentre acompañado por una práctica de este estilo.