jueves, 28 de enero de 2021

Pensar en los demás

 El espectáculo que estamos viviendo en este país, no se si en otros también, desde que se inició la pandemia, se aleja mucho de lo que entiendo que deben ser los comportamientos de  personas, en principio, normales y corrientes y perfectamente integradas en una sociedad libre y democrática y que asume unos valores  con el objeto de mejorar la vida de los individuos y a su vez del colectivo.

Si echamos un vistazo a lo que ha ocurrido con la administración de las  vacunas, con  esos personajes insolidarios que se han saltado los protocolos y se han puesto una dosis cuando simplemente no les tocaba, y sobre todo, la caradura y le falta de respeto a la ciudadanía con esas explicaciones tan absurdas como irrisorias, seguramente no han pensado en los demás, solo en ellos y no, no  son personas precisamente irrelevantes sino más bien todo lo contrario, desde políticos,  un militar de máxima graduación y hasta un obispo, todo esto que sepamos y a mi, sinceramente me rompe los esquemas.

Me choca un poco cuando se habla de los jóvenes como uno de los colectivos más díscolos de la pandemia y se demonizan de manera tan injusta muchas veces  por sus comportamientos insolidarios para con los demás  y , sin embargo,  tenemos a estos "respetables" adultos que ocupan altos estamentos sociales actuando de manera tan egoísta y arrogante por las explicaciones, que me dejan con la duda de que si en la cúspide ocurre esto que no ocurrirá más abajo.

Se dice por activa y por pasiva, y muchos lo tenemos asumido, que para educar a un individuo hace falta una tribu entera, pero se supone que la tribu y sus líderes en situaciones de gravedad como la que estamos pasando, en donde peligra toda la tribu, han de poner todo su potencial y la mejor organización en la supervivencia de la tribu, del colectivo, en pensar en todos y no en ellos, pero en este caso no ha sido así,  el mensaje que estos adultos "modélicos y triunfadores"  han mandado a toda la tribu, incluido los jóvenes, es todo lo contrario primero yo, después los míos y si sobra pues ya los otros y además te lo explico.

Contra todo esto a los docentes y familias  se nos pide que eduquemos a ciudadanos responsables y preparados para vivir en una sociedad democrática donde el  respeto a los normas y a las leyes es la base de toda convivencia y todos nos sometemos a ellas y si , en ello estamos, pero una parte muy importante y notable del resto de la tribu no sólo no ayuda sino que además parece que muchas de la veces va en sentido contrario con esos comportamientos tremendamente egoístas y esas justificaciones tan tontas  como irrespetuosas. Así que desde una parte de esa tribu me siento con la obligación de repetir, esta vez para ellos, lo que digo siempre a mis alumnos, hay que pensar siempre en los demás,  todos nos necesitamos y nadie es más que nadie.

lunes, 25 de enero de 2021

¿Docentes por la verdad?

 He leido que hay un grupo de negacionistas de la pandemia denominado "docentes por la verdad". El pensar que estos docentes estén activos en centros educativos y con atención a alumnos me hiela la sangre, me asusta y  siento vergüenza ajena.

No se trata de coartar ningún derecho de estos docentes, son muy libres de  pensar como quieran, de opinar como quieran, tiene derecho  a la libertad de expresión y a la libertad de cátedra pero como todos los derechos tienen su límites y hay que ejercerlos con responsabilidad, más a aún en ámbito escolar donde los alumnos, sean menores de edad o no lo sean , tienen derecho por parte de sus docentes a recibir una información verídica, rigurosa, lo más objetiva posible en donde el docente debe de abstenerse de mostrar delante de los alumnos opiniones contrarias a  la evidencias y verdades  científicas contrastadas, así en el caso de la pandemia creo que sobran comentarios sobre su veracidad y mas que sobradas evidencias y consecuencias. Me da miedo que estos docente puedan trasladar a los alumnos estas ideas  absurdas y peligrosas por poner en riesgo la salud y el bienestar de la comunidad. 

Nos movemos en un mundo  donde la información, las opiniones, los bulos, la mentiras, se propagan rápidamente por multitud de medios a los que nuestros alumnos tienen acceso. Si a esto  unimos el formato de presentar todo esto en donde el eslogan, la frase hecha, el tópico y  el exabrupto predominan sobre el argumento y la opinión razonada  tenemos el cóctel perfecto para distorsionar la verdad y así surgen partidarios de movimientos tan absurdos como los "terraplanistas" , "antivacunas", o estos negacionistas de la pandemia. 

La escuela tiene que defenderse de estos  movimientos potenciando una educación en valores basadas en la declaración universal de los  derechos humanos y en nuestra constitución, propiciando lo más posible situaciones de aprendizaje basadas en debates entre alumnos , la cooperación entre ellos y el análisis de la realidad desde un punto de vista constructivo y  contribuir a la difusión de las ideas científicas, humanísticas, filosóficas y artísticas asumidas por la mayoría.





lunes, 11 de enero de 2021

No es solo es un fracaso de la educación

Con motivo del asalto a Capitolio de los  EE.UU he leído un artículo muy interesante  bajo el título el fracaso de la educación  que dice, entre otras muchas cosas, lo siguiente: 

"A largo plazo, la única fuerza que puede salvar la democracia es una ciudadanía educada, es decir, ciudadanos que saben lo suficiente para resistir el tipo de mentiras e incitaciones vertidas por el presidente actual y sus facilitadores".

Evidentemente estoy muy de acuerdo con esta afirmación, una ciudadanía educada en los valores democráticos y en la defensa de  los derechos humanos, en la tolerancia, en el respeto al otro, y la solidaridad y en la cooperación es una condición mínima para frenar  y aislar estos movimientos populistas y fascistoides que basan su acción en la desinformación, bulos, noticias falsas y ruido, en el eslogan, mensaje corto y grandilocuente y con la total ausencia de componentes reflexivos o alternativos, que son recepcionados por un público diverso en cuanto a formación y motivaciones pero ávidos de este tipo de mensajes unos por intereses y otro porque, simplemente, no  saben más.

Contra todo esto solo cabe más y mejor educación  como la única arma posible y válida para revertir este tipo de movimientos. Ciudadanos formados con un conciencia crítica, librepensantes, educados en la creatividad, con una fuerte formación humanística y respetuosos con las ciencias y con las artes, en definitiva una ciudadanía libre y educada en el sentido más amplio y globalizador de la palabra.

Ante esto la escuela tiene un reto y una obligación, porque si bien en todas las leyes educativas, concretadas en los diferentes Proyectos Educativos de Centro, programaciones y demás documentos más o menos burocráticos en cuanto a la educación en los valores anteriormente señalados, la realidad es muy distinta, educar en valores en mucho más que decirlo y detallarlo, educar en valores es practicarlos, fomentarlos en el día a día, evitando la competitividad, la clasificación y segregación  de alumnos, el individualismo, cualquier tipo de discriminación. Educar en valores es favorecer el trabajo en equipo de los alumnos, fomentar la inclusión, la responsabilidad, la cooperación...

Es importante profundizar en el estudio de las humanidades, en la historia, en las religiones, de la ciencia como motor de cambio, es necesario que todo el currículum se articule y se organice en torno a  esos valores democráticos, se trata de defender un modelo social donde quepamos todos y que entre todos la construyamos día a día sin descanso para poder frenar el avance de estos  movimientos  que  navegan totalmente a la contra ofreciendo un modelo falso, segregador, individualista, negacionista y sobre todo injusto.

Pero no es solo un fracaso de la educación, aquí cabe aquello de que para educar a un individuo hace falta una tribu entera, y así es, los medios de comunicación, los partidos políticos democráticos... deben de aportar por ello si no queremos que lo peor de la historia de la humanidad ocurra otra vez... y no tendríamos perdón.



viernes, 8 de enero de 2021

Lo que dicen las redes sociales

 Ese ente inmaterial que fluye por los smartphone, dotado de vida propia y que se reproduce con más velocidad que cualquier virus, millones de miradas inciden sobre ellas, millones de dedos teclean en su plataformas, millones de imágenes se muestran y millones de opiniones vertidas, unas vomitadas, otras  pensadas y también  las hay documentadas, reflexionadas y muy autorizadas.

No deja de sorprenderme cuando desde los medios de comunicación de toda la vida, se hace referencia a "lo que dicen las redes sociales" como si eso fuera un voz única, una única opinión y no digamos ya  si documentadas o no.

En las redes puedes encontrar lo que buscas, si quieres buena información la tendrás, si buscas mala información no tardarás en encontrarla, si lo que buscas es gente "cañera", energúmenos, odiadores, intolerantes, amenazadores..., lo tienes a golpe de clic, eso si, compartiendo canal con magníficos usuarios dispuestos a difundir  conocimiento, descubrimientos, estudios serios y rigurosos, opiniones documentadas y muy valiosas,  estupendos profesionales de todos los ámbitos que saben y quieren y entienden lo que de bueno tienen las redes sociales.

Es por esto por lo que  hacer referencia a las Redes Sociales como indicadores de algo, como tendencia,  como algo estadístico no termino  de entenderlo, ¿donde se mira?,¿al exabrupto?, ¿al mensaje de odio,? ¿al mensaje reflexivo y ponderado? .

Las redes son  como la vida misma, diversas, multiculturales, donde está lo peor y lo mejor, no son buenas ni malas solo depende de donde metamos nuestras propias narices.



























































Las aulas del futuro

 Que el mundo educativo muchas veces se deja influenciar  en función de modas,  unas más pasajeras que otras , es una realidad que para nada...