Ocurre, con más frecuencia, que en este tercer trimestre la gran mayoría de miembros de eso que solemos llamar "Comunidad Educativa" anda más que agobiada, acelerada y, como diría aquel, al borde de un ataque de nervios.
Nuestros jóvenes de 2º de bachillerato, ante la proximidad de la P.A.U, han incrementado su nivel de agobio y estrés al mismo ritmo que sus profesores, que examen tras examen, tema tras tema, contenido tras contenido y a marchas forzadas, se empeñan en meter en la cabeza de su alumnos montones de cosas para que estos los repitan tal cual en el día y hora previstos y todos quedemos bien que, en definitiva, es de lo que se trata, porque no se trata de aprender, se trata de aprobar y con nota.
Nuestros adolescentes de la E.S.O. viven pendientes de los exámenes y de esa carga de deberes en muchas cosas repetitivos y descontextualizados , se trata de aprobar, de superar los exámenes, y aquí sus profesores haciendo lo que pueden por acabar el temario, que nada se quede en el tintero no sea que pueda perjudicarlos en un futuro y nos quedemos sin dar el volumen del tetraedro tan importante como es. Mención especial para los alumnos de 2º de E.S.O. y sus profesores, que toca prueba de diagnóstico, ahora se trata de preparar a los alumnos para esa prueba porque de los resultados de esa prueba se hace un ranking y a nadie le gusta estar en los últimos lugares, tenemos que quedar bien.
Nuestro niños de de primaria muchos de ellos con una carga de deberes, para ellos y para sus familias, tan excesiva como ilógica, viven agobiados con horarios "de trabajo" realmente complicado de llevar y con muy poco tiempo para jugar, hablar con otros niños o simplemente para pensar, fantasear, soñar...¡ apenas les dejamos tiempo para pensar ! y más aún cuando sus maestros agobiados por las famosa reválidas de 3º y 6º "achuchan" para darlo todo, para acabar el libro porque tenemos que quedar bien en las reválidas.
Nuestros pequeños de Educación Infantil corriendo, corriendo que hay que acabar todas las fichas, corriendo, corriendo que tenemos que saber leer porque los del colegio de al lado ya leen, y escribir , todos los niños de cinco años tienen que leer y escribir, corriendo, corriendo...
Es así, quizá he exagerado un poco pero son situaciones que todos hemos vivido como alumnos, como padres y como docentes, creo que entre todos hemos colaborado a cambiar el norte de lugar , el norte es aprender y no es aprobar, aquello de "despacico y buena letra" no está de moda.
Nuestros jóvenes de 2º de bachillerato, ante la proximidad de la P.A.U, han incrementado su nivel de agobio y estrés al mismo ritmo que sus profesores, que examen tras examen, tema tras tema, contenido tras contenido y a marchas forzadas, se empeñan en meter en la cabeza de su alumnos montones de cosas para que estos los repitan tal cual en el día y hora previstos y todos quedemos bien que, en definitiva, es de lo que se trata, porque no se trata de aprender, se trata de aprobar y con nota.
Nuestros adolescentes de la E.S.O. viven pendientes de los exámenes y de esa carga de deberes en muchas cosas repetitivos y descontextualizados , se trata de aprobar, de superar los exámenes, y aquí sus profesores haciendo lo que pueden por acabar el temario, que nada se quede en el tintero no sea que pueda perjudicarlos en un futuro y nos quedemos sin dar el volumen del tetraedro tan importante como es. Mención especial para los alumnos de 2º de E.S.O. y sus profesores, que toca prueba de diagnóstico, ahora se trata de preparar a los alumnos para esa prueba porque de los resultados de esa prueba se hace un ranking y a nadie le gusta estar en los últimos lugares, tenemos que quedar bien.
Nuestro niños de de primaria muchos de ellos con una carga de deberes, para ellos y para sus familias, tan excesiva como ilógica, viven agobiados con horarios "de trabajo" realmente complicado de llevar y con muy poco tiempo para jugar, hablar con otros niños o simplemente para pensar, fantasear, soñar...¡ apenas les dejamos tiempo para pensar ! y más aún cuando sus maestros agobiados por las famosa reválidas de 3º y 6º "achuchan" para darlo todo, para acabar el libro porque tenemos que quedar bien en las reválidas.
Nuestros pequeños de Educación Infantil corriendo, corriendo que hay que acabar todas las fichas, corriendo, corriendo que tenemos que saber leer porque los del colegio de al lado ya leen, y escribir , todos los niños de cinco años tienen que leer y escribir, corriendo, corriendo...
Es así, quizá he exagerado un poco pero son situaciones que todos hemos vivido como alumnos, como padres y como docentes, creo que entre todos hemos colaborado a cambiar el norte de lugar , el norte es aprender y no es aprobar, aquello de "despacico y buena letra" no está de moda.
Comentarios
Hemos olvidado que los niños tienen otra vida que no sea hacer deberes y deberes y plasmar contenidos en un folio , también tiene que relacionarse con otros niños y jugar y tener tiempo libre para ellos.
En definitiva la escuela está hecha para aprender , no para aprobar.
Hemos olvidado que los niños tienen otra vida que no sea hacer deberes y deberes y plasmar contenidos en un folio , también tiene que relacionarse con otros niños y jugar y tener tiempo libre para ellos.
En definitiva la escuela está hecha para aprender , no para aprobar.
Es verdad, hoy la vida en las escuelas es muy acelerada y tal pareciera que todo se tiene que hacer solo porque se tiene que hacer y no por gusto. Hemos perdido el gusto por aprender y también por enseñar y además creo que también es importante que los chicos tengan tiempo para ellos mismos y que las familias se involucren más con la educación de los hijos pues, a veces, los padres delegan sus responsabilidades a los maestros o no disciplinan bien a sus hijos y después echan la culpa a los profesores.
También me gustaría sugerir si pueden tocar el tema de los ERP y sus beneficios para las escuelas así como para el desarrollo de los alumnos. Leí este texto: http://noticias.electrocom.ec/programas-erp/software-erp-para-universidades/ y me pareció interesante el tema si se toca a profundidad.
¡Saludos y bendiciones!
En lo referente a los alumnos de bachilleratos como alumna que he sido, recuerdo como si fuera ayer esas dos semanas horribles de selectividad, donde te dejan ese tiempo para aprenderte todo un año de curso, y todo esto para clasificarte como ganado, ya que lo que consiguen así es quitarles a los alumnos la ilusión de estudiar lo que realmente quieren,debido a que por no haber podido sacar más nota en la PAU, te dejan excluido de ciertas carreras.
Mi opinión personal ante este asunto es clara, hay miles de métodos para medir el conocimiento de los alumnos, y no son los exámenes, los alumnos y sobre todo los de infantil y primaria deben jugar y vivir, no tirarse toda la tarde en casa haciendo deberes.
En este artículo podemos apreciar que en cada etapa educativa ocurre más o menos lo mismo, que de lo que se trata es de “quedar bien” con buenos resultados, que es lo único que parece que importa en este país, los resultados de los ranking, y no de que los niños y adolescentes aprendan, que es de lo que se debería de preocupar el sistema educativo.
Lo que más me llama la atención, es la sobrecarga a la que los niños de Educación Infantil y Primaria están sometidos, ya que los niños son eso, niños y además del colegio y de hacer deberes, tienen que jugar y aprender a relacionarse con sus iguales. Si se les sobrecarga de trabajo y de deberes, ¿cómo van a aprender a socializarse? Parece que es algo en lo que el sistema educativo actual no piensa y a lo que no le da la menor importancia.
Esto hace que desde la niñez de los alumnos se les arrebate la infancia con tanto material de trabajo que se les envía para casa, que a su vez va aumentando conforme van pasando de curso.
Llegados al punto de Segundo de Bachiller se les obliga a memorizar los contenidos y a competir entre ellos sin importar el qué aprenden. Esto hace que la Educación se convierta en algo memorístico en vez de una enseñanza-aprendizaje.
En mi opinión, deberíamos dar un repaso concienzudo a nuestra Educación y pensar que lo que importan es la juventud de la sociedad, hay que educarlos, enseñarles, no adoctrinarlos y así no fomentar el elitismo.
Bajo mi punto de vista, creo que no son solamente los docentes los culpables del exceso de deberes y de temario que hay desde infantil hasta Bachillerato e incluso la universidad, ya que ellos tienen como orden cumplir los estándares que les mandan desde la consejería y de completar su temario antes de que finalice el curso.
En muchas ocasiones los docentes no tienen en cuenta que el alumnado no solo tiene una asignatura, sino que llevan desde nueve hasta once o doce según en el nivel educativo que se encuentre, lo que provoca un estrés en los alumnos y en muchas ocasiones en los padres, al ver que sus hijos están toda la tarde sentados haciendo deberes sin poder salir y socializarse con el resto de la sociedad.
Bajo mi punto de vista, creo que no son solamente los docentes los culpables del exceso de deberes y de temario que hay desde infantil hasta Bachillerato e incluso la universidad, ya que ellos tienen como orden cumplir los estándares que les mandan desde la consejería y de completar su temario antes de que finalice el curso.
En muchas ocasiones los docentes no tienen en cuenta que el alumnado no solo tiene una asignatura, sino que llevan desde nueve hasta once o doce según en el nivel educativo que se encuentre, lo que provoca un estrés en los alumnos y en muchas ocasiones en los padres, al ver que sus hijos están toda la tarde sentados haciendo deberes sin poder salir y socializarse con el resto de la sociedad.
Es probable que este hecho se esté produciendo por desconocimiento de la realidad, por falta de comunicación con los docentes y la escasa observación hacia los alumnos. No van a aprender más por tener más horas de estudio ni más deberes, si no por cómo se aprovecha el tiempo y qué metodologías son utilizadas; entre otros factores.
Nos encontramos con alumnos desmotivados que pasan horas "muertas" en los centros, sobresaturados de información y con ganas de finalizar la clase. ¿ No sería más recomendable abordar menos contenidos pero que éstos fueran realmente relevantes para su desarrollo profesional, social y personal?
Además, el sistema educativo de hoy en día únicamente espera que los alumnos saquen la mayor nota, lo que hace que los alumnos se limiten a estudiar de memoria el tema que entra en el examen. Lo que se está consiguiendo con esto es que los alumnos pasen los cursos pero la mayoría de ellos no aprendan nada, el estudio memorístico es bueno en cierta medida pero si no se fomenta el aprendizaje significativo para crear alumnos capaces de crear sus propios conocimientos a través de la búsqueda, selección y análisis de la información, lo único que se consigue son alumnos que reproducen lo que el profesor diga.
Pienso que una técnica que debería utilizar los profesores es el feedback, esta técnica permite que el alumno reciba por parte del profesor una corrección de sus prácticas y exámenes, de esta manera el alumno sabe los elementos positivos y a mejorar. De esta forma el alumno no obtendrá únicamente una calificación sino que sabrá el motivo de esa calificación y podrá mejorar en su aprendizaje que es en lo que se deberían de preocupar los profesores, en el proceso para adquirir el aprendizaje y no tanto en el resultado.
Lo que más me sorprende de todo, es que esto no es nada nuevo, llevamos décadas con el mismo problema, tan sólo y tras su paso por algún programa de televisión en el que hablan sobre el problema y estudios europeos, nos llevamos las manos a la cabeza. Pienso que una buena planificación por parte de los profesores resultaría beneficiosa para todos, aunque debemos centrarnos en los alumnos, pues finalmente, son los más afectados por estos problemas.
De esta forma, también cabe destacar el excesivo tiempo que se dedica a actividades extraescolares. Los padres ante el presente tan competitivo que existe y con orientación a su futuro, lo inscriben a música, idiomas, deportes, etc., por lo que, todo ello, unido a los deberes que traen del centro educativo a realizar en la tarde es excesivo.
Por ello, una buena coordinación entre docentes, que impartan en el curso es indispensable ya que, podrían observar la cantidad de tareas de las diferentes asignaturas que deben realizar, pudiendo con ello, administrar de mejor manera las mismas y flexibilizando sus tardes, en las que, nuestros jóvenes puedan desarrollarse en todos los ámbitos.
Pasamos de estar en infantil, jugando a las cocinitas y pintando en folios en mesas redondas, para después de golpe y porrazo, estar en 1º de Primaria sentados en sillas y sin apenas poder hablar con los compañeros porque si no te castigaban.
¿Y ahora me pregunto, quizás no sea la prueba del alto fracaso escolar?
Nosotros no tenemos la culpa de tener a profesores que están desactualizados de la nueva forma de enseñanza-aprendizaje. Seguimos anclados en el siglo anterior, donde el aprendizaje se limitaba a escribir en la pizarra, y a que los alumnos aprendieran unos contenidos de memoria para luego escribirlos en el examen y aprobar, porque al fin y al cabo, ese es el objetivo de nuestro sistema educativo; aprobar y aprobar para poder pasar de curso y obtener un título.
¿Hemos aprendido realmente o esos contenidos se han ido olvidando a lo largo de los años?
Quizás deberíamos plantearnos que el aprender de memoria los contenidos para luego escribirlos en un examen, no es la manera más adecuada para aprender y para que los alumnos estén motivados.
En el momento que el profesor deja que el alumno aprenda por sí mismo, y utilice el aprendizaje por descubrimiento, eso jamás se le olvidará. Es el momento en el que el alumno se siente útil y que por lo tanto, se motivará para futuros aprendizajes.
Pienso que se deberían cambiar los roles en algún momento y dejar a los alumnos que piensen que ellos también son útiles para su aprendizaje. Que los profesores tomen iniciativas con ellos, que los dejen hablar e interactuar, porque al fin y al cabo son niños y necesitan socializarse, que tengan en cuenta su opinión y que sobre todo, confíen en ellos, porque sin ellos no existiría un futuro esperanzador para la humanidad. Son la base de crear un mundo mejor por lo que se deben de dar mucha más importancia de la que ahora se les está dando.
Y para ello, los profesores tienen que actuar en consecuencia para mejorar. Y voy más allá; el sistema educativo tiene que cambiar.
Unos docentes que sean valorados. La educación completamente gratuita, por lo que no se paguen por libros y por material escolar. Un reparto del dinero publico de forma equitativa. Un currículo en común, pero cada centro se organiza a sus necesidades. Una educación personalizada: los alumnos que tengan tiempo para todo, y no estar sentados 5 o 6 horas, y luego toda la tarde ocupada de deberes que de poco sirven. Evitar competencia y cifras, en definitiva no hacer exámenes hasta 5º curso. Premiar la curiosidad y la participación, y ante todo, unos padres implicados.
Por algo el mejor sistema educativo en el mundo está en Finlandia.
En relación a este tema, me gustaría hacer mención a un libro que acabo de tener la oportunidad de leer, del autor Miguel Ángel Santos Guerra en el cual se hace referencia a este tema, el hecho de aprobar y la importancia que le dan los padres y los niños a las notas. El autor recuerda el día de la entrega de notas como un día de nervios y de importancia extrema, pues a los padres poco les importa si su hijo/a a disfrutado y ha aprendido, lo que quieren saber es cuando Notables, sobresalientes y suspensos tienen.Como dice el autor del libro, se debería educar a los padres para saber interpretar las notas de sus hijos. Los padres deberían de interesarse durante todo el curso, con reuniones con los profesores, con sus propios hijos, interesándose no sólo en aspectos del colegio, sino un todo general, pues igual las circunstancias que le rodean no son las más adecuadas para conseguir lo que más les interesa a los padres, aprobar. Al final, en la entrega de notas si su hijo no ha conseguido lo que los padres esperaban, son castigados sin tv, sin piscina, sin reyes magos... igual si el padre/madre se hubiese interesado durante el curso sobre su situación, si no se le hubiese cargado de deberes, de clases de inglés y piano, y le hubieran dejado jugar más con sus amigos, alomejor ese niño tendría mas interés y más motivación para poder aprender de la mejor manera posible.
Pasamos de una etapa educativa de infantil donde intentamos desarrollar al máximo la imaginación y la capacidad de crear de aquellos pequeños que se exponen a nosotros, a una etapa de primaria donde el camino se oscurece y tratamos de ir limitando todas esas capacidades que ya poseemos de por sí y que no sabemos desarrollar.
Recuerdo un segundo de bachillerato agobiante. Recuerdo exámenes cada semana. Recuerdo agobio, estrés, aburrimiento. Recuerdo asignaturas sueltas entre sí. Lo que no recuerdo es contenido. Obviamente nos cegamos en atoxicar a nuestros alumnos/as con todo aquello que deben saber para un día concreto. No importa lo que haya calado realmente. No importa si lo has comprendido bien o si es realmente útil para el día de mañana. Lo único imprescindible es que el día del examen seas capaz de "escupir" toda esa información sin equivocarte, a poder ser, ni en una coma.
Es triste, sí, pero es cierto. Nos hemos preocupado tanto en conseguir lo mejor, que nos olvidamos que lo mejor es el trayecto. Nos ocupamos de preguntar a nuestros/as hijos/as qué nota han sacado en el examen y no somo capaces de preguntar acerca de qué es lo que han aprendido realmente de ello. Sin hablar, por supuesto, de aquellos padres que en muchas ocasiones preguntan acerca de la puntuación obtenida sin conocer siquiera de qué materia se ha examinado su hijo/a.
Cuando estamos en infantil por aprender las vocales, rellenar las fichas que nos manda, incluso en vacaciones se suelen mandar dossieres de 20 o 30 fichas que el alumno o alumna debe de realizar durante este periodo en su casa. Esto hace que el niño ya desde bien pequeño vea como los deberes como algo malo, como algo que le hace perder el tiempo, viendo que en vez de ir a jugar al parque, de salir con sus padres de paseo, etc. tiene que estar realizando fichas del colegio.
Después de esto llegar la educación primaria, donde comienzan los exámenes y aumentan los deberes todavía más, al haber más asignaturas de las que se daban anteriormente. Aquí es donde comienzan las primeras muestras de agobio teniendo exámenes cada vez que se termina un tema y en muchas ocasiones coincidiendo con los de otras asignaturas. Y claro, los profesores justificándose en la típica frase, que no se me olvidará, de: "te tienes que acostumbrar para cuando estés en la ESO, que allí será peor, lo verás".
Y efectivamente, me duele darles la razón, pero así fue. La educación secundaria, allí donde todos estamos deseando llegar para sentir que ya somos mayores.
Las asignaturas vuelven a duplicarse, los docentes por asignaturas igual, los exámenes por consiguiente, también.
Se mandan todavía más deberes, se realizan ejercicios ambiguos, que nada tienen que ver con la realidad, solo se basan en que el alumno o alumna aprenda ese contenido, que lo repita hasta la saciedad y que, por supuesto, no se le olvide.
Por lo que llegan a los exámenes repiten el contenido y al día siguiente no se acuerdan de lo que han estudiado, no aprendido.
Y así sucesivamente en las etapas consiguientes.
Estamos ante un gran problema en parte debido al sistema educativo que nos ronda, basado únicamente en la promoción del éxito y competitividad de los alumnos que hace que los anulemos como personas, que no los hagamos pensar, razonar, que pierdan toda su creatividad. Y que como no se solucione pronto la educación irá perdiendo cada vez más su peso dentro de la sociedad.
Estoy totalmente de acuerdo con el texto ya que la escuela de hoy en día debe de preocuparse más por crear aprendizajes significativos, aprendizajes que le sirvan al alumno a lo largo de toda su vida y no deberían de darle tanta importancia a los exámenes o pruebas. Ya que muchos alumnos estudian y aprenden los contenidos de memoria, pero no comprenden ni analizan los mismos, por lo tanto crean aprendizajes a corto plazo que olvidan con rapidez incluso a veces hasta el punto de que no recuerdan nada de lo aprendido cuando salen de un examen.
por otro lado, también fomentamos la competitividad entre los unos y los otros, y no solo eso, sino que les generamos un estrés, presión, miedo a los exámenes y a las notas...
Debemos cambiar esto, pues estamos creando una sociedad sin niños, sin sueños, sin juegos, sin cooperación...
Yo soy estudiante de Pedagogía en la Universidad de Murcia, y se suponía, que al menos en mi carrera debería existir una educación diferente y unas metodologías, contenidos, y evaluaciones que se basen en menor medida en el modelo de competición en el que estamos inscritos.
Pero no es así, en mi tercer año y en el segundo cuatrimestre que me encuentro, no recuerdo más de dos o tres asignaturas en las que haya aprendido realmente. Tengo conocimientos vagos, es cierto, pero nada comparado con la cantidad de prácticas y exámenes que no me han servido absolutamente de nada. Espero que nosotros, como futuros pedagogos, no actuemos igual.
Además, las reválidas nos han supuesto un paso atrás en la historia de la educación. Muchos son los profesores que nos recuerdan la época en las que las sufrían. Pues bien, ahora han vuelto, siguen siendo un elemento seleccionador que se dedica a dejar a alumnos fuera, actuando como una especie de embudo. El estrés al que nos someten con los exámenes, las reválidas y la P.A.U es totalmente innecesario. Existen muchas otras formas de demostrar lo mucho que hemos aprendido, pero lógicamente su evaluación no puede ser tan cuantitativa y supone un mayor esfuerzo por parte del profesorado, los mismos que en la mayoría de los casos sufren en el síndrome de Burnout, es decir, es síndrome del profesor quemado, ya que salen muy contentos y motivados de la carrera pero luego la realidad no se ajusta a sus expectativas y acaban por adaptarse a lo encontrado.
Además, las reválidas nos han supuesto un paso atrás en la historia de la educación. Muchos son los profesores que nos recuerdan la época en las que las sufrían. Pues bien, ahora han vuelto, siguen siendo un elemento seleccionador que se dedica a dejar a alumnos fuera. El estrés al que nos someten con los exámenes, las reválidas y la P.A.U es totalmente innecesario. Existen muchas otras formas de demostrar lo mucho que hemos aprendido, pero lógicamente su evaluación no puede ser tan cuantitativa y supone un mayor esfuerzo por parte del profesorado, los mismos que en la mayoría de los casos sufren en el síndrome de Burnout, es decir, es síndrome del profesor quemado, ya que salen muy contentos y motivados de la carrera pero luego la realidad no se ajusta a sus expectativas y acaban por adaptarse a lo encontrado.
En definitiva, el alumnado encuentra en las aulas una enseñanza poco motivadora y poco práctica, que sigue fundamentándose en el libro de texto y en el aprendizaje memorístico.
En definitiva, el alumnado encuentra en las aulas una enseñanza poco motivadora y poco práctica, que sigue fundamentándose en el libro de texto y en el aprendizaje memorístico.
Tanto el profesorado como los alumnos están constantemente preocupados por la falta de tiempo el agobio por la saturación de contenidos y los meros resultados en los exámenes
Creo deberían cambiar las metodologías de enseñanza y hacer que el aprendizaje sea mas significativo haciendo al alumno protagonista de su aprendizaje y que esto el ayude a su motivación en el día a día.
Esto nos ayudará a que los contenidos no se memoricen para "vomitarlos" en los exámenes y que se aprenda con sentido.
El caso de los niños me parece algo excesivo, que un niño de primaria tenga que pasarse una media de tres horas haciendo deberes, porque al final con ello no aprenden, sólo aumenta su desmotivación, ya que no les queda tiempo de jugar y relacionarse con otros niños, no es acorde los deberes que se mandan con la edad que tienen, yo lo llamaría una manera de explotarlos, aunque suene brusco decirlo.
El caso de los niños me parece algo excesivo, que un niño de primaria tenga que pasarse una media de tres horas haciendo deberes, porque al final con ello no aprenden, sólo aumenta su desmotivación, ya que no les queda tiempo de jugar y relacionarse con otros niños, no es acorde los deberes que se mandan con la edad que tienen, yo lo llamaría una manera de explotarlos, aunque suene brusco decirlo.
Todos colaboramos ya que no nos dejan más remedio que entrar en su juego, se olvidan los valores y la ética, no educamos a personas para que el día del mañana sean personas de provechos , sino que las educamos para que sigan al rebaño sin sobresalir mucho, y eso para mí es lamentable y una pena.
Y por lo tanto, cada vez son más los jóvenes que abandonan el sistema educativo de forma más temprana.
Y por lo tanto, cada vez son más los jóvenes que abandonan el sistema educativo de forma más temprana.
Cada vez más los niños y adolescentes se encuentran en situaciones de agobio extremo debido a la cantidad de contenidos expuestos en los libros de texto. Esta forma de actuar que se está llevando actualmente y sólo está dando lugar a que los alumnos obtengan beneficios a corto plazo pero no a largo. Conseguirán aprobar los exámenes pero tarde o temprano terminarán olvidando esos conocimientos. Si no se pone pronto solución a esto, la educación irá perdiendo cada vez más su peso dentro de la sociedad y para ello, tanto los docentes como todo el sistema educativo deben de actuar .
Todo este proceso tiene su repercusión cuando acabas bachillerato y te dispones a hacer tu PAU para poder acceder al grado que desees, con lo que siempre has soñado ser de mayor. Pero llegados a este punto de la vida, te das cuenta que tu futuro se resuelve en dos semanas de intenso estudio, simplificándolo todo en una NOTA. La nota que marcará tu futuro.
Por lo tanto, mi opinión ante este artículo es clara. Todo lo simplifico en que hay cantidad de métodos empleados para el conocimiento de los alumnos, y no la cantidad de pruebas a la que tienen que estar expuestos durante toda su carrera estudiantil.
Todo este proceso tiene su repercusión cuando acabas bachillerato y te dispones a hacer tu PAU para poder acceder al grado que desees, con lo que siempre has soñado ser de mayor. Pero llegados a este punto de la vida, te das cuenta que tu futuro se resuelve en dos semanas de intenso estudio, simplificándolo todo en una NOTA. La nota que marcará tu futuro.
Por lo tanto, mi opinión ante este artículo es clara. Todo lo simplifico en que hay cantidad de métodos empleados para el conocimiento de los alumnos, y no la cantidad de pruebas a la que tienen que estar expuestos durante toda su carrera estudiantil.
http://ezoco.es/ramonmadrid/2017/02/17/akunalapata-mejor-opcion-apuesta/
He de decir que, bajo mi experiencia, en 2º de Bachiller, los profesores no se preocupaban en que los adolecentes aprendiéramos, tampoco nos motivaban por enriquecer nuestros conocimientos, incluso en muchas ocasiones, nos metían “miedo” sobre la temida selectividad. Solo se basan en transmitir lo más rápido posible todos los contenidos que eran necesarios para la prueba de acceso a la universidad provocando ansiedad y estrés.
He de decir que, bajo mi experiencia, en 2º de Bachiller, los profesores no se preocupaban en que los adolecentes aprendiéramos, tampoco nos motivaban por enriquecer nuestros conocimientos, incluso en muchas ocasiones, nos metían “miedo” sobre la temida selectividad. Solo se basan en transmitir lo más rápido posible todos los contenidos que eran necesarios para la prueba de acceso a la universidad provocando ansiedad y estrés.
He de decir que, bajo mi experiencia, en 2º de Bachiller, los profesores no se preocupaban en que los adolecentes aprendiéramos, tampoco nos motivaban por enriquecer nuestros conocimientos, incluso en muchas ocasiones, nos metían “miedo” sobre la temida selectividad. Solo se basan en transmitir lo más rápido posible todos los contenidos que eran necesarios para la prueba de acceso a la universidad provocando ansiedad y estrés.
He de decir que, bajo mi experiencia, en 2º de Bachiller, los profesores no se preocupaban en que los adolecentes aprendiéramos, tampoco nos motivaban por enriquecer nuestros conocimientos, incluso, en muchas ocasiones, nos metían “miedo” sobre la temida selectividad. Solo se basan en transmitir lo más rápido posible todos los contenidos que eran necesarios para la prueba de acceso a la universidad provocándonos ansiedad y estrés.
He de decir que, bajo mi experiencia, en 2º de Bachiller, los profesores no se preocupaban en que los adolecentes aprendiéramos, tampoco nos motivaban por enriquecer nuestros conocimientos, incluso, en muchas ocasiones, nos metían “miedo” sobre la temida selectividad. Solo se basan en transmitir lo más rápido posible todos los contenidos que eran necesarios para la prueba de acceso a la universidad provocándonos ansiedad y estrés.
También me gustaría destacar la cantidad de deberes que mandan a los alumnos de Educación Primaria, privándoles de horas de ocio, tanto a ellos como a sus familias. Cuando yo estaba en 6º de Primaria recuerdo que varias noches llegué a acostarme a las dos de la mañana por la cantidad de tareas que tenia para el día siguiente.
En definitiva, lo que provoca todo este agobio en los alumnos es odio al sistema educativo, ya que no se llega a aprender todo lo que se podría, y además el recuerdo que queda del paso por el colegio e Instituto es el de sufrimiento y tristeza.
Totalmente de acuerdo con tus palabras. Yo viví en mis carnes eso mismo que comentas y me siento bastante identificada. Defiendo fielmente la idea de que no sólo se va agobiado en segundo de bachillerato, también ocurre ya en edades insultantemente tempranas. Los niños de primaria que apenas saben valerse sin sus padres ya tienen multitud de deberes y actividades extraescolares. Ahora todos los niños tiene que: saber idiomas, hacer deporte, ir a catequesis (quien quiera que su hijo comulgue) y un largo etcétera.. y luego nos sorprendemos porque de mayores no cogen un libro. ¿A lo mejor será que están aburridos de tanto libro pedante y obsoleto?
Para mí, lo que también se deja de lado en estas situaciones es el valor propio de educar. El respeto a la infancia de un niño me parece uno de los aspectos más importantes que debe tener un padre a la hora de criar y educar a un niño.
Nada más. Gracias por el post!
Cuando llega el último trimestre vuelve a salir a la luz el polémico tema de los agobios y estrés producido por los alumnos de segundo de bachillerato con el objetivo de terminar el temario y sacar la mejor nota en selectividad.
Pero el agobio no se produce únicamente en los alumnos que terminan su última fase de bachillerato, sino que se está generalizando a todo el sistema educativo.
Ante tanta aceleración y prisa por transmitir los contenidos, muchos padres están cansados del sistema educativo. Consideran inoportuna y abundante la carga de deberes que llevan a casa después de unas largas horas lectivas sentados en una silla sin más, además de una carga de actividades extra escolares porque en el mundo en el que vivimos es primordial que los niños sepan idiomas, deporte y toquen algún instrumento. Entonces mi pregunta es ¿ y cuando los niños deben saber ser niños?. Aun así, muchos niños asisten al aula con el objetivo de aprender, pero sin embargo, en las aulas se realiza todo lo contrario, las excesivas prisas por terminar con el temario producen una fractura en aquellos niños que no pueden seguir la forzosa marcha y se quedan atrás.
Por muchas de estás injusticias provocadas en nuestro sistema educativo decidí estudiar Pedagogia, pero intentar poner mi granito de arena e intentar producir un cambio a través de la implantación de nuevas metodologías, contenidos y evaluación que se suponía que mi grado iba a proporcionar dichos aprendizajes.
Que sorpresa que llevando tres años de grado, finalizando el segundo cuatrimestre y apenas en dos asignaturas hemos abordado dichas nociones.
Ahora mismo considero que apenas hemos aprendido en los años que llevamos de grado, tenemos conocimientos vagos de algunas nociones, pero nada comparado con la cantidad de temario a examines y el cúmulo de prácticas que hemos tenido que realizar.
Es necesario un cambio en todo nuestro sistema educativo, más vale que se aporte menos cantidad de conocimiento y más calidad porque "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Cuando llega el último trimestre vuelve a salir a la luz el polémico tema de los agobios y estrés producido por los alumnos de segundo de bachillerato con el objetivo de terminar el temario y sacar la mejor nota en selectividad.
Pero el agobio no se produce únicamente en los alumnos que terminan su última fase de bachillerato, sino que se está generalizando a todo el sistema educativo.
Ante tanta aceleración y prisa por transmitir los contenidos, muchos padres están cansados del sistema educativo. Consideran inoportuna y abundante la carga de deberes que llevan a casa después de unas largas horas lectivas sentados en una silla sin más, además de una carga de actividades extra escolares porque en el mundo en el que vivimos es primordial que los niños sepan idiomas, deporte y toquen algún instrumento. Entonces mi pregunta es ¿ y cuando los niños deben saber ser niños?. Aun así, muchos niños asisten al aula con el objetivo de aprender, pero sin embargo, en las aulas se realiza todo lo contrario, las excesivas prisas por terminar con el temario producen una fractura en aquellos niños que no pueden seguir la forzosa marcha y se quedan atrás.
Por muchas de estás injusticias provocadas en nuestro sistema educativo decidí estudiar Pedagogia, pero intentar poner mi granito de arena e intentar producir un cambio a través de la implantación de nuevas metodologías, contenidos y evaluación que se suponía que mi grado iba a proporcionar dichos aprendizajes.
Que sorpresa que llevando tres años de grado, finalizando el segundo cuatrimestre y apenas en dos asignaturas hemos abordado dichas nociones.
Ahora mismo considero que apenas hemos aprendido en los años que llevamos de grado, tenemos conocimientos vagos de algunas nociones, pero nada comparado con la cantidad de temario a examines y el cúmulo de prácticas que hemos tenido que realizar.
Es necesario un cambio en todo nuestro sistema educativo, más vale que se aporte menos cantidad de conocimiento y más calidad porque "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Cuando llega el último trimestre vuelve a salir a la luz el polémico tema de los agobios y estrés producido por los alumnos de segundo de bachillerato con el objetivo de terminar el temario y sacar la mejor nota en selectividad.
Pero el agobio no se produce únicamente en los alumnos que terminan su última fase de bachillerato, sino que se está generalizando a todo el sistema educativo.
Ante tanta aceleración y prisa por transmitir los contenidos, muchos padres están cansados del sistema educativo. Consideran inoportuna y abundante la carga de deberes que llevan a casa después de unas largas horas lectivas sentados en una silla sin más, además de una carga de actividades extra escolares porque en el mundo en el que vivimos es primordial que los niños sepan idiomas, deporte y toquen algún instrumento. Entonces mi pregunta es ¿ y cuando los niños deben saber ser niños?. Aun así, muchos niños asisten al aula con el objetivo de aprender, pero sin embargo, en las aulas se realiza todo lo contrario, las excesivas prisas por terminar con el temario producen una fractura en aquellos niños que no pueden seguir la forzosa marcha y se quedan atrás.
Por muchas de estás injusticias provocadas en nuestro sistema educativo decidí estudiar Pedagogia, pero intentar poner mi granito de arena e intentar producir un cambio a través de la implantación de nuevas metodologías, contenidos y evaluación que se suponía que mi grado iba a proporcionar dichos aprendizajes.
Que sorpresa que llevando tres años de grado, finalizando el segundo cuatrimestre y apenas en dos asignaturas hemos abordado dichas nociones.
Ahora mismo considero que apenas hemos aprendido en los años que llevamos de grado, tenemos conocimientos vagos de algunas nociones, pero nada comparado con la cantidad de temario a examines y el cúmulo de prácticas que hemos tenido que realizar.
Es necesario un cambio en todo nuestro sistema educativo, más vale que se aporte menos cantidad de conocimiento y más calidad porque "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Cuando llega el último trimestre vuelve a salir a la luz el polémico tema de los agobios y estrés producido por los alumnos de segundo de bachillerato con el objetivo de terminar el temario y sacar la mejor nota en selectividad.
Pero el agobio no se produce únicamente en los alumnos que terminan su última fase de bachillerato, sino que se está generalizando a todo el sistema educativo.
Ante tanta aceleración y prisa por transmitir los contenidos, muchos padres están cansados del sistema educativo. Consideran inoportuna y abundante la carga de deberes que llevan a casa después de unas largas horas lectivas sentados en una silla sin más, además de una carga de actividades extra escolares porque en el mundo en el que vivimos es primordial que los niños sepan idiomas, deporte y toquen algún instrumento. Entonces mi pregunta es ¿ y cuando los niños deben saber ser niños?. Aun así, muchos niños asisten al aula con el objetivo de aprender, pero sin embargo, en las aulas se realiza todo lo contrario, las excesivas prisas por terminar con el temario producen una fractura en aquellos niños que no pueden seguir la forzosa marcha y se quedan atrás.
Por muchas de estas injusticias provocadas en nuestro sistema educativo decidí estudiar Pedagogía, pero intentar poner mi granito de arena e intentar producir un cambio a través de la implantación de nuevas metodologías, contenidos y evaluación que se suponía que mi grado iba a proporcionar dichos aprendizajes.
Que sorpresa que llevando tres años de grado, finalizando el segundo cuatrimestre y apenas en dos asignaturas hemos abordado dichas nociones.
Ahora mismo considero que apenas hemos aprendido en los años que llevamos de grado, tenemos conocimientos vagos de algunas nociones, pero nada comparado con la cantidad de temario a examines y el cúmulo de prácticas que hemos tenido que realizar.
Es necesario un cambio en todo nuestro sistema educativo, más vale que se aporte menos cantidad de conocimiento y más calidad porque "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Pero los centros educativos siguen sin darse cuenta de los errores que cometen. Lo único que les interesa es aparecer en una lista con una nota, no que los alumnos se lleven del instituto un aprendizaje significativo y valioso para su futuro. Es más, viene siendo totalmente lo contrario, lo único que se llevan es el recuerdo de ese estrés y agobiamiento extremo que extrapolarán seguro a otras facetas de sus vidas, entendiendo que las cosas importantes en la vida se rigen por procedimientos similares y que todo lo que se les avecina por delante tendrá las mismas características, y no aprenderán sino a creer que es más importante el resultado que el proceso de aprendizaje.
Necesitamos una escuela donde no sea tan importante las calificaciones porque o sino se perderá el placer de aprender convirtiéndolo en obligación y eso tiene y esta teniendo sus consecuencias.
Necesitamos una escuela donde no sea tan importante las calificaciones porque o sino se perderá el placer de aprender convirtiéndolo en obligación y eso tiene y está teniendo sus consecuencias.
Hoy en día, lo importante no es enseñar a nuestros alumnos, sino la cantidad que se les enseña, y todo eso acaba por convertir la educación en una competición por ver qué escuela es mejor, y cual de ellas obtiene la mejor de las calificaciones.
¿Donde queda la importancia de que aprendan? Los alumnos pasan a un segundo plano.
Lo realmente importante es que,de cara al resto de centros, los profesores queden en un mejor lugar.
To esto, los informes PISA, las pruebas de diagnostico, convierten la educación en un reto, en una carrera por ver qué centro queda en mejor lugar, con el único fin de obtener mayores beneficios económicos.
No importa qué se enseñe, ni las necesidades de los alumnos...
En segundo lugar los famosos rankings que han invadido el terreno de la educación, en el cual me gustaría destacar el artículo de Francisco Javier Ballesta "¿Para qué los rankings?" en el expresa la misma idea en relación con la entrada, en el cual podemos apreciar como el autor refleja la necesidad de poseer un buen puesto, de tener "pedigrí" en esto de los centros escolares, exprimiendo al máximo a los alumnos, porque señores, hoy en día, con la LOMCE, y la posibilidad de escoger centro, tener una buena puntuación en los rankings es fundamental.
Otro, y el último aspecto a destacar sería PISA, como instrumento de evaluación, quedando España relegada a un puesto por la cola, lo cual intenta preocuparle a nuestros políticos y encargados de la educación, los cuales se dedican a cambiar la ley como si de nada se tratara, en busca de una mejora educativa, por supuesto sin contar con el factor fundamental del docente, los cuales son los encargados de gestionar esos cambios y llevarlos a cabo con el futuro del país que son los alumnos. Todavía nos preguntamos que por qué nos encontramos en la cola... si quizás preguntaran un poco más encontraríamos más soluciones que las que solo los políticos tienen propias.
De hecho la constante preocupación por mantener una ritmo habitual, sobre todo en el contexto educativo genera poco a poco una saturación desmedida.
El sistema educativo, en ocasiones se convierte en una “competición” por lograr unas expectativas, en lugar de crear un aprendizaje menos credencialista, (como bien se expresa en el post).
Considero que una práctica educativa de calidad, especialmente en edad tempranas, es la que se centra en una organización más flexible de las tareas, evitando la monotonía y la saturación.
De hecho la constante preocupación por mantener una ritmo habitual, sobre todo en el contexto educativo genera poco a poco una saturación desmedida.
El sistema educativo, en ocasiones se convierte en una “competición” por lograr unas expectativas, en lugar de crear un aprendizaje menos credencialista, (como bien se expresa en el post).
Considero que una práctica educativa de calidad, especialmente en edad tempranas, es la que se centra en una organización más flexible de las tareas, evitando la monotonía y la saturación.
Realizada la lectura de este artículo, diré desde mi punto de vista que estoy totalmente de acuerdo con lo que nos dice el autor. En el artículo podemos ver una realidad educativa a la que tanto adolescentes como niños, incluso en sus edades más tempranas, están sometidos.
Nos encontramos a niños sometidos a la obtención de un buen resultado en sus notas, pero, sin embargo, dejamos pasar por alto si realmente estos niños están aprendiendo.
Hoy día, podemos ver la sobrecarga de trabajos y deberes a la que los niños están sometidos. Pero, además del colegio y de hacer deberes, tienen derecho a jugar y a relacionarse con los demás.
Una vez realizada la lectura de este artículo, puedo decir que estoy totalmente de acuerdo con lo que dice el autor. En el podemos ver a la realidad a la que están sometidos tanto adolescentes como niños.
Podemos ver que lo único a lo que se le da importancia hoy día, es que los niños obtengan buenos resultados, pero no estamos teniendo en cuenta si verdaderamente están aprendiendo.
Los niños están sobrecargados de tareas para casa, de deberes, de libros, entre otros. Pero no les estamos dejando su espacio para socializarse con los demás, para crecer como personas.
Está bien que los niños aprendan, pero antes deberíamos de preguntarnos si realmente lo están haciendo de la manera que hoy día están siendo educados.
Un saludo.
Guían a sus alumnos para obtener buenos resultados en vez de enseñarles a aprender y hacer del aprendizaje algo interesante y motivador.
Además me gustaría destacar que en la escuela tampoco se les enseña a tener un pensamiento crítico, se centran tanto en que los alumnos memoricen unos contenidos para obtener la mayor cualificación posible que olvidan ayudar a los alumnos a que creen su propia opinión acerca de todo.
Me parece realmente triste que la escuela no incluya estos elementos y que dé la espalda a la sociedad, más concretamente a los problemas que engloban la sociedad hoy en día, personalmente solo tuve un profesor que en horarios lectivos nos hablaba de lo que ocurría en el mundo y de su visión acerca de la vida, esto me ayudó a crearme una visión propia y a ser un poco más crítica pero más tolerante también.
Por otro lado me parece más que cuestionable la carga que reciben de deberes en educación primaria, puesto que no dejan de ser niños, y tienen que disponer de tiempo para jugar, bromear, reírse, etc. Es algo necesario que los niños sean niños, puesto que esa necesidad de correr en los primeros años de nuestra vida, conlleva a ser mayores antes de tiempo, cuando creo que la vida es larga y hay tiempo para todo.
Un saludo.
La educación actual está creando alumnos con una mentalidad opuesta al verdadero fin de la enseñanza. No se les está transmitiendo que aprender es un proceso de adquisición de conocimientos y habilidades y una simple calificación alta, un fin para conseguir otra cosa.
Los niños entran a la escuela con ilusión, ganas de aprender y descubrir, mientras que la escuela en lugar de enseñar y fomentar las ganas de aprender reproducen lo contrario.
Otro tema a mencionar es la gran cantidad de tareas y exámenes que actualmente tienen tanto los niñ@ de primaria, como en secundaria y ya para que hablar de los alumn@s de bachiller, creando así una gran sensación de agobio , estrés para todos.
Lo único que parece importarle a las escuelas es el éxito, las altas calificaciones y por supuesto tener un buen prestigio como escuela y como profesionales, sin darse apenas cuenta que realmente están matando las ganas de aprender de sus alumnos.
Los niños entran a la escuela con ilusión, ganas de aprender y descubrir, mientras que la escuela en lugar de enseñar y fomentar las ganas de aprender reproducen lo contrario.
Otro tema a mencionar es la gran cantidad de tareas y exámenes que actualmente tienen tanto los niñ@ de primaria, como en secundaria y ya para que hablar de los alumn@s de bachiller, creando así una gran sensación de agobio , estrés para todos.
Lo único que parece importarle a las escuelas es el éxito, las altas calificaciones y por supuesto tener un buen prestigio como escuela y como profesionales, sin darse apenas cuenta que realmente están matando las ganas de aprender de sus alumnos.
La educación y las escuelas en sí se han convertido en una competición, haciendo a los estudiantes ser cada vez más competitivos en sus estudios y sin motivación ninguna.
Desde edades tempranas nos califican por números, aconsejándonos sacar la máxima nota para ser el mejor y para llegar a ser alguien en un futuro.
En mi etapa de Bachillerato, la mayoría de profesores se centraban en la selectividad, incluso en aquellos alumnos que no pensaban realizar un grado universitario. De hecho, a penas recuerdo contenidos de esa etapa, debido a la gran cantidad de información que nos obligaban a estudiar de memoria para después plasmar en un examen y finalmente olvidar. Solo recuerdo a una profesora con la que aprendí y disfruté dando clase con ella.
Esta realidad no se observa únicamente en la etapa de ESO o Bachillerato. Actualmente estudio un grado de Pedagogía y tras tres años estudiando creo que no he adquirido contenidos y conocimientos prácticos, destacando las escasas prácticas que nos aproximan a nuestra futura realidad laboral y la gran cantidad de información y trabajos que debemos estudiar y realizar.
Muchos artículos merecen la pena ya simplemente con una frase, o un comentario. Para mí, "el norte es aprender y no es aprobar, aquello de "despacio y buena letra" no está de moda" resume perfectamente la tónica no sólo de la educación actual, sino de la sociedad.
En mi experiencia en el máster educativo, he podido hablar con numerosos profesionales jóvenes que no recuerdan tanta prisa por acumular méritos, por sacar títulos, cuando eran jóvenes. Muchos de ellos realizaron con tranquilidad sus estudios de licenciatura y doctorado, sin la presión que sentimos muchos de los estudiantes que actualmente estudiamos una carrera, un máster, un segundo o tercer idioma, trabajamos y opositamos, siendo más contadas las excepciones de aquellos que sólo realizan una cosa que de aquellos que hacen todo a la vez.
Esta prisa por acabar, correr para acumular galones y hacer tareas a toda velocidad para ponernos con la siguiente asignatura, para poder seguir trabajando, para tener más tiempo para estudiar.... es propio de gente desesperada por sobrevivir, inmersa en un mundo hostil lleno de competencia, en el que el compañero es a la vez tu competidor, sin tiempo para nada más que uno mismo si quiere dedicarse a lo suyo. Es la crónica de nuestros dias, nos guste o no.
Ante ello, como educadores tenemos varias opciones: plegarnos al sistema actual, ir a contracorriente a toda costa o tratar de cambiar poco a poco las cosas, sin descuidar los mínimos que hemos de cumplir pero dando valor a aquellas cosas que importan y respetando los espacios y tiempos adecuados para que nuestros alumnos se desarrollen. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. La competitividad es uno de los muchos dilemas a los que la sociedad se enfrenta actualmente, seamos conscientes o no. Plantearnos estas dudas, reflexionar y formarnos es el primer paso para construir algo mejor para todos.
Yo actualmente estoy en Pedagogía, más concretamente en tercero, y si pienso en todas mis etapas educativas anteriores no tengo un buen recuerdo de ellas, y me puedo preguntar a mi misma, ¿Qué he aprendido?. Pues he aprendido a superar mis nervios, a desarrollar mi capacidad de memorización y "de vomitar" después en el examen lo aprendido el día anterior, a estudiar sin saber muy bien que estaba estudiando... Solo podría destacar el papel de un profesor, que aunque enseñaba para la PAU, enseñaba para que comprendiéramos la importancia de lo que estábamos estudiando.
Bachiller, es una etapa de locos, donde los docentes solo se preocupan por tener los alumnos con mejores notas en la PAU y tener un buen prestigio, ponerse "medallitas", en vez de enseñar para aprender, para que comprendan porque es tan importante "x" cosa. Los docentes en ese periodo se olvidan de que los alumnos no son maquinas.
Pero además, esto no solo se concentra en la Secundaria y Bachillerato, sino que también se reproduce en la Universidad.. Sin generalizar, muchos docentes, llegan a clase, leen las diapositivas, explican su materia y se van... ¿acaso se van con la conciencia tranquila de que sus alumnos han aprendido? Por no decir la cantidad de trabajos, exposiciones que tenemos que realizar, y la escasas practicas en el mundo laboral que tenemos la posibilidad de realizar.
La conclusión es que hay una gran descompensación.
Lo que estamos haciendo con esto, es dejar a los alumnos sin vida, sin disfrutar, sin socializarse, estamos empujándoles a una adolescencia agobiante, basada en ser los mejores de clase por las notas que obtienen.
Los educadores deberíamos ser menos egoístas y pensar en el bien, no solo académico del niño. Deberíamos dejar de intentar ser los mejores y centrarnos en ayudar a los alumnos que nos rodean.
¿Aprender o aprobar?
Creo que la respuesta es evidente. Está claro que lo primordial hoy en día es aprobar, y no solo eso, sino obtener buenos resultados, porque al fin y al cabo eso es lo que cuenta y para eso nos preparan. Aprender no es tan importante como aprobar. Un aprobado, una buena nota, un papel con tu calificación es lo que determinará tu futuro. Solo eso, un simple número, sin importar lo que has aprendido o cómo lo has aprendido.
El día de mañana, cuando vayas a buscar trabajo no te preguntarán por el qué aprendiste o qué sabes hacer, lo que te pedirán serán los resultados, un papel con un número, una simple nota, que será la que determine si eres apto o no para el puesto de trabajo.
Me gustaría poner un claro ejemplo: las oposiciones. Un número determina tu lugar para trabajar. Me parece tan absurdo. ¡Vaya manera de seleccionar al personal!
Y es que ya solo se les enseña para un simple ranking que se hace a final de curso, cuando lo que deberían hacer es enseñarles a aprender por proyectos.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
En mi propio caso, recuerdo el estrés que pase en 2º Bachiller. Recuerdo como cada profesor, día si y día también, nos presionaban por las PAU, esa dichosa prueba de acceso a la universidad, que en menos de dos semanas tenías que memorizar todo un curso para luego en tan solo 3 días tener todos los exámenes. Mi recuerdo no es nada agradable, porque en vez de preocuparse el sistema escolar en facilitarnos un aprendizaje agradable, nos creaba agobio y estrés.
Es por ello, que ya apenas disfrutamos de lo bonito que es el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un saludo.
Recuerdo cuando iba al colegio, me pasaba 5 horas en clase soportando las clases magistrales insufribles de profesores que tenían un interés desorbitado en que todos prestásemos atención en clase en todo momento, como si el pensar en cosas que nos interesaban estuviese prohibido, y de hecho, lo estaba. No se podía hablar con el compañero, no se podía reír, no se podía mirar a algo que no fuese el profesor. Aquello era insoportable, era una cárcel para niños. Había momentos en los que pensaba en que aquello era una cárcel, y lo sigo pensando ¿Cómo quieren que los alumnos disfruten en los sistemas educativos, si los tratan como a presos esclavizados? Está claro que tener a los niños o adolescentes durante horas encerrados en cuatro paredes y un techo, para posteriormente mandarles más trabajo para casa escapa a toda lógica ¿Cuándo se disfruta de la vida, acaso nuestro único cometido es estudiar las 24 del día? Por lo visto sí.
En cuanto al tema de los exámenes, decir que examinar periódicamente a través de un método que consiste en hacer que los alumnos aprendan de memoria contenidos que, en su gran mayoría, son inútiles, no sirve de nada. No se está examinando lo aprendido realmente, se está comprobando cuánta cantidad de información son capaces de retener, al menos hasta el final del exámenes, puesto que tras su realización, los alumnos se olvidan de lo aprendido. Simplemente ilógico.
El sistema educativo necesita un cambio urgente, y el primer paso es enseñar contenidos que sirvan para la vida real, contenidos que les puedan ser útiles a los alumnos para usarlos en su día a día. Se debería dar menos importancia a los exámenes y empezar a juzgar si saben o no por otros medios. Una observación continua hacia los alumnos nos puede decir cómo están avanzando en su aprendizaje. Si seguimos presionándoles con tantos exámenes vamos a conseguir que pierdan el interés por aprender. Nos lo estamos ganando a pulso. No podemos seguir tratando a las jóvenes generaciones como a esclavos, no se merecen el trato que se les da. No les dejamos disfrutar de la vida con tantos deberes y tantos exámenes. Estamos creando mentes con gran capacidad de almacenamiento, pero no mentes pensantes. Si seguimos así, nuestra sociedad está condenada a un futuro lleno de personas con carreras, pero sin escrúpulos y sin bondad alguna. Personas que serán capaces de trabajar muy bien, pero que no serán capaces de vivir con sus semejantes.
Recuerdo cuando iba al colegio, me pasaba 5 horas en clase soportando las clases magistrales insufribles de profesores que tenían un interés desorbitado en que todos prestásemos atención en clase en todo momento, como si el pensar en cosas que nos interesaban estuviese prohibido, y de hecho, lo estaba. No se podía hablar con el compañero, no se podía reír, no se podía mirar a algo que no fuese el profesor. Aquello era insoportable, era una cárcel para niños. Había momentos en los que pensaba en que aquello era una cárcel, y lo sigo pensando ¿Cómo quieren que los alumnos disfruten en los sistemas educativos, si los tratan como a presos esclavizados? Está claro que tener a los niños o adolescentes durante horas encerrados en cuatro paredes y un techo, para posteriormente mandarles más trabajo para casa escapa a toda lógica ¿Cuándo se disfruta de la vida, acaso nuestro único cometido es estudiar las 24 del día? Por lo visto sí.
En cuanto al tema de los exámenes, decir que examinar periódicamente a través de un método que consiste en hacer que los alumnos aprendan de memoria contenidos que, en su gran mayoría, son inútiles, no sirve de nada. No se está examinando lo aprendido realmente, se está comprobando cuánta cantidad de información son capaces de retener, al menos hasta el final del exámenes, puesto que tras su realización, los alumnos se olvidan de lo aprendido. Simplemente ilógico.
El sistema educativo necesita un cambio urgente, y el primer paso es enseñar contenidos que sirvan para la vida real, contenidos que les puedan ser útiles a los alumnos para usarlos en su día a día. Se debería dar menos importancia a los exámenes y empezar a juzgar si saben o no por otros medios. Una observación continua hacia los alumnos nos puede decir cómo están avanzando en su aprendizaje. Si seguimos presionándoles con tantos exámenes vamos a conseguir que pierdan el interés por aprender. Nos lo estamos ganando a pulso. No podemos seguir tratando a las jóvenes generaciones como a esclavos, no se merecen el trato que se les da. No les dejamos disfrutar de la vida con tantos deberes y tantos exámenes. Estamos creando mentes con gran capacidad de almacenamiento, pero no mentes pensantes. Si seguimos así, nuestra sociedad está condenada a un futuro lleno de personas con carreras, pero sin escrúpulos y sin bondad alguna. Personas que serán capaces de trabajar muy bien, pero que no serán capaces de vivir con sus semejantes.
Recuerdo cuando iba al colegio, me pasaba 5 horas en clase soportando las clases magistrales insufribles de profesores que tenían un interés desorbitado en que todos prestásemos atención en clase en todo momento, como si el pensar en cosas que nos interesaban estuviese prohibido, y de hecho, lo estaba. No se podía hablar con el compañero, no se podía reír, no se podía mirar a algo que no fuese el profesor. Aquello era insoportable, era una cárcel para niños. Había momentos en los que pensaba en que aquello era una cárcel, y lo sigo pensando ¿Cómo quieren que los alumnos disfruten en los sistemas educativos, si los tratan como a presos esclavizados? Está claro que tener a los niños o adolescentes durante horas encerrados en cuatro paredes y un techo, para posteriormente mandarles más trabajo para casa escapa a toda lógica ¿Cuándo se disfruta de la vida, acaso nuestro único cometido es estudiar las 24 del día? Por lo visto sí.
En cuanto al tema de los exámenes, decir que examinar periódicamente a través de un método que consiste en hacer que los alumnos aprendan de memoria contenidos que, en su gran mayoría, son inútiles, no sirve de nada. No se está examinando lo aprendido realmente, se está comprobando cuánta cantidad de información son capaces de retener, al menos hasta el final del exámenes, puesto que tras su realización, los alumnos se olvidan de lo aprendido. Simplemente ilógico.
El sistema educativo necesita un cambio urgente, y el primer paso es enseñar contenidos que sirvan para la vida real, contenidos que les puedan ser útiles a los alumnos para usarlos en su día a día. Se debería dar menos importancia a los exámenes y empezar a juzgar si saben o no por otros medios. Una observación continua hacia los alumnos nos puede decir cómo están avanzando en su aprendizaje. Si seguimos presionándoles con tantos exámenes vamos a conseguir que pierdan el interés por aprender. Nos lo estamos ganando a pulso. No podemos seguir tratando a las jóvenes generaciones como a esclavos, no se merecen el trato que se les da. No les dejamos disfrutar de la vida con tantos deberes y tantos exámenes. Estamos creando mentes con gran capacidad de almacenamiento, pero no mentes pensantes. Si seguimos así, nuestra sociedad está condenada a un futuro lleno de personas con carreras, pero sin escrúpulos y sin bondad alguna. Personas que serán capaces de trabajar muy bien, pero que no serán capaces de vivir con sus semejantes.
Utilizando una metodología práctica, dinámica y divertida los estudiantes pueden adquirir muchos más conocimientos teóricos que realizando cientos de fichas y dedicando las tardes "libres" en casa a hacer tareas académicas, eliminando mucho tiempo para disfrutar, observar y aprender cosas nuevas.
Cristian Albarracín
Este tema me parece una locura, porque así el alumno se desmotiva mucho más y su rendimiento es cada vez menor en el sistema educativo actual. Machacar a los niños con trabajos, estudiar y deberes no llega a ninguna conclusión productiva ya que éstos desean tener más tiempo libre y debería ser así.
Son niños, no deben memorizar y memorizar, sino adquirir los conocimientos de otras formas y metodologías más dinámicas para que adquieran esos contenidos realmente de forma satisfactoria. Como pedagoga, mi opinión es que los deberes y tareas no tienen que desaparecer pero sí convertirse en algo más ameno y sin competitividad entre los alumnos/as ya que en la sociedad actual se tiene mucha consideración por las puntuaciones y calificaciones lo que crea una desigualdad entre ellos.
Los estándares de aprendizaje de hoy día, intentan crear una igualdad pero su progreso va poco a poco creciendo.
La metodología que se debería plasmar debería ser más práctica, dinámica que resulte divertida para los alumnos/as, creando así una mayor autonomía y haciendo que desarrollen cada vez más la creatividad que últimamente se está perdiendo y a su vez dando más tiempo "libre" para la socialización.
Belén Buendía
Estoy totalmente en contra del machaque que llevan hoy día los alumnos/as respecto a estudio, cuando se acerca la fecha de la PAU, sólo se dedican en los centros educativos a que los alumnos/as de ese centro, obtengan los mejores resultados para tener una mayor reputación. Con esto no quiero decir que se retiren las tareas ni el estudio pero sí que debe ser más dinámico, aprendiendo de forma cooperativa, haciendo más participantes y autónomos a los alumnos.
Como futura pedagoga, considero que deberían crearse metodologías más prácticas, dinámicas, fomentar la creatividad, para aprender de forma divertida y donde realmente haya resultados positivos, es decir, que el alumnado tenga más tiempo "libre" y a la vez esté contento con la tarea educativa.
Belén Buendía
Aun recuerdo mis días en el instituto, cuando estudiaba de memoria con el único fin de aprobar, y hoy en día no recuerdo casi nada.
Los profesores en muchas ocasiones están más pendientes de cumplir con el curriculum establecido que de que sus alumnos realmente se interesen por lo que tienen que aprender. Además, la parte destinada al aprendizaje práctico es muy escasa por no decir nula, y así, es muy difícil generar interés en alumnos de 9 o 10 años, si no ven la utilidad de lo que estudian, no lo ven interesante.
El sistema educativo funciona a marchas forzadas, pensando siempre en el próximo nivel educativo en vez de centrarse en que los alumnos aprendan de verdad, en vez de rozar muchos temas por encima.
Otro tema que está muy de actualidad es el de los deberes. ¿Es necesario que niños de 8 años pasen la tarde haciendo ejercicios? Quizás, la parte de educación formal ya la hayan recibido por la mañana en clase, y quizás, deberían dedicar las tardes a socializar con sus iguales, disfrutar de la lectura de un libro, poder pasar tiempo con sus padres, etc.
Completamente de acuerdo con el autor. ¡Un saludo!
Jamás había tenido tanto estrés por terminar todos los trabajos y prácticas, tanto individuales como grupales; seguir el ritmo que los profesores pretendían, para llenarnos la cabeza de conocimientos y contenidos hasta desbordarnos; estudiar para todos los exámenes de todas las asignaturas y conseguir aprobarlos con nota.
La presión por parte de los profesores hacia los alumnos iba en aumento cada vez que se acercaba el final de curso, ya que al principio empezaban más lento, se piensan que no les va a “pillar el toro”, pero cuando te das cuenta, llega el 3º trimestre y aún te queda por dar un poco menos de la mitad del temario. No se quienes iban más agobiados, si los profesores o los alumnos.
Además del estrés que sufres por parte de los profesores, también tienes el miedo que tú misma te provocas, ya que la PAU se acerca y tienes que aprenderte de memoria todo el temario que has dado durante ese curso. Es muy complicado y yo pensaba que eran demasiados contenidos, que no me iba a acordar de nada una vez en el examen.
Consigues aprobar bachiller y lo que nunca he entendido es: si saben que la PAU la tienen que pasar todos los alumnos, por qué los profesores no empiezan a preparar a los alumnos antes, aunque sea desde 1º de bachiller. No, todo con prisas y en el último curso. Ahora entiendo a los profesores cuando decían que ninguno de ellos quería dar clase a 2º de bachillerato. Se pasa muy mal por ambas partes.
Desde que termina el curso hasta los exámenes de la PAU tienes una semana y algo para prepararte y estudiar todo el temario. Esa semana es agobiante, lo peor. Recuerdo que me estuve despertando a las 7 de la mañana para empezar a estudiar, parabas a la 2 para comer y descansar, pero seguidamente de 4 a 10 de la noche más. Así durante todos los días hasta que se pasaban los exámenes. Apenas podía dormir por las noches, de los nervios que llevaba y el miedo. Vivan los cafés durante el día y las tilas por las noches para poder dormir.
Mi experiencia fue esta, pero está claro que para todo el mundo no es así, cada persona es un mundo. Invito a la gente a que siga estudiando y pase por la PAU, para que ellos mismos sientan lo que es. Para mi fue de lo peor de mi vida, como he dicho, pero mereció la pena, porque ahora se ha convertido en lo mejor y estoy a punto de terminar la carrera y con más ganas de seguir estudiando y formarme como persona. Tu éxito es tu esfuerzo.
Jamás había tenido tanto estrés por terminar todos los trabajos y prácticas, tanto individuales como grupales; seguir el ritmo que los profesores pretendían, para llenarnos la cabeza de conocimientos y contenidos hasta desbordarnos; estudiar para todos los exámenes de todas las asignaturas y conseguir aprobarlos con nota.
La presión por parte de los profesores hacia los alumnos iba en aumento cada vez que se acercaba el final de curso, ya que al principio empezaban más lento, se piensan que no les va a “pillar el toro”, pero cuando te das cuenta, llega el 3º trimestre y aún te queda por dar un poco menos de la mitad del temario. No se quienes iban más agobiados, si los profesores o los alumnos.
Además del estrés que sufres por parte de los profesores, también tienes el miedo que tú misma te provocas, ya que la PAU se acerca y tienes que aprenderte de memoria todo el temario que has dado durante ese curso. Es muy complicado y yo pensaba que eran demasiados contenidos, que no me iba a acordar de nada una vez en el examen.
Consigues aprobar bachiller y lo que nunca he entendido es: si saben que la PAU la tienen que pasar todos los alumnos, por qué los profesores no empiezan a preparar a los alumnos antes, aunque sea desde 1º de bachiller. No, todo con prisas y en el último curso. Ahora entiendo a los profesores cuando decían que ninguno de ellos quería dar clase a 2º de bachillerato. Se pasa muy mal por ambas partes.
Desde que termina el curso hasta los exámenes de la PAU tienes una semana y algo para prepararte y estudiar todo el temario. Esa semana es agobiante, lo peor. Recuerdo que me estuve despertando a las 7 de la mañana para empezar a estudiar, parabas a la 2 para comer y descansar, pero seguidamente de 4 a 10 de la noche más. Así durante todos los días hasta que se pasaban los exámenes. Apenas podía dormir por las noches, de los nervios que llevaba y el miedo. Vivan los cafés durante el día y las tilas por las noches para poder dormir.
Mi experiencia fue esta, pero está claro que para todo el mundo no es así, cada persona es un mundo. Invito a la gente a que siga estudiando y pase por la PAU, para que ellos mismos sientan lo que es. Para mi fue de lo peor de mi vida, como he dicho, pero mereció la pena, porque ahora se ha convertido en lo mejor y estoy a punto de terminar la carrera y con más ganas de seguir estudiando y formarme como persona. Tu éxito es tu esfuerzo.
Los centros cada vez generan más competencias porque como ha dicho el autor, quieren estar los primeros en los rankings, sin importar que sus alumnos hayan adquirido realmente ese conocimiento. Esa competencia se transmite a los alumnos, alumnos que compiten por hacer un mayor volumen de ejercicios, ver quien acaba antes la tarea... sin darnos cuenta de que lo importante no es la cantidad sino ver si realmente han comprendido bien aquello que se quiere enseñar.
Por ello, se necesita un cambio en el sistema educativo, en donde se evalúe a los alumnos de otra manera, una manera en la que se pueda asegurar la comprensión y consolidación de los conocimientos adquiridos, conocimientos que les sirva para el día a día y no solo para la realización de un examen.
Se necesita profesores que les guste su labor, que transmitan tranquilidad, que sean referentes, que no solo transmitan aquello que tienen que enseñar, sino que fomenten y hagan experimentar en sus alumnos el gusto de aprender, el cual se está perdiendo.
Los centros cada vez generan más competencias porque como ha dicho el autor, quieren estar los primeros en los rankings, sin importar que sus alumnos hayan adquirido realmente ese conocimiento. Esa competencia se transmite a los alumnos, alumnos que compiten por hacer un mayor volumen de ejercicios, ver quien acaba antes la tarea... sin darnos cuenta de que lo importante no es la cantidad sino ver si realmente han comprendido bien aquello que se quiere enseñar.
Por ello, se necesita un cambio en el sistema educativo, en donde se evalúe a los alumnos de otra manera, una manera en la que se pueda asegurar la comprensión y consolidación de los conocimientos adquiridos, conocimientos que les sirva para el día a día y no solo para la realización de un examen.
Se necesita profesores que les guste su labor, que transmitan tranquilidad, que sean referentes, que no solo transmitan aquello que tienen que enseñar, sino que fomenten y hagan experimentar en sus alumnos el gusto de aprender, el cual se está perdiendo.
Así es, en mi opinión hay muchos profesional docente que no elige trabajar todos los contenidos que trabaja con sus alumnos, sino que le viene impuesto.
Cierto es también que la inmensa mayoría están cómodos en un rol de nula renovación, ni pedagógica ni curricular, y esto debe ser erradicado para que los alumnos, además de trabajar contenidos teóricos y "prácticos" dediquen tiempo a sus vínculos afectivos, tanto familiares como de amistades, trabajen la inteligencia emocional, la creatividad, el arte y la cultura, etc.
El propósito no es crear robots que escupen lo que aprendieron hace menos de un mes en un papel, sino seres que hayan alcanzado su máximo potencial, cada uno por individual pues cada persona tiene sus pautas y sus márgenes. Personas felices que tengan un papel en la sociedad y se sientan cómodos.
Hasta que esto no suceda, seguirán saliendo alumnos de las escuelas totalmente saturados, el índice de abandono escolar seguirá creciendo y también el número de personas que han acabado en un puesto de trabajo o una carrera universitaria que no saben ni por qué escogieron.
Como alumna, he pasado por esa situación, me habría gustado que no me hubieran dado tantos conocimientos hasta el punto de tener que estudiármelos de memoria porque no había otra forma de que me los aprendiera, sino que hubiese aprendido porque realmente me gustaba la forma en que los docentes lo daban.
Como alumna, he pasado por esa situación, me habría gustado que no me hubieran dado tantos conocimientos hasta el punto de tener que estudiármelos de memoria porque no había otra forma de que me los aprendiera, sino que hubiese aprendido porque realmente me gustaba la forma en que los docentes lo daban.
Como alumna, he pasado por esa situación, me habría gustado que no me hubieran dado tantos conocimientos hasta el punto de tener que estudiármelos de memoria porque no había otra forma de que me los aprendiera, sino que hubiese aprendido porque realmente me gustaba la forma en que los docentes lo daban.
Como alumna, he pasado por esa situación, me habría gustado que no me hubieran dado tantos conocimientos hasta el punto de tener que estudiármelos de memoria porque no había otra forma de que me los aprendiera, sino que hubiese aprendido porque realmente me gustaba la forma en que los docentes lo daban.
Sinceramente si me tengo que poner a pensar lo que aprendí en 4º de la eso tanto en matemáticas como en lengua no me acuerdo de nada y no recuerdo haber tenido que poner en practica las ecuaciones de segundo grado hasta ahora. Dudo que algún día en la vida lo haga, dado que a lo que me quiero dedicar profesionalmente no tiene nada que ver.
los alumnos se agobian por estudiar todo de memoria, soltarlo en el examen y después todo se olvida y a otra asignatura.
En mi opinión esta situación es muy triste porque ademas del agobio generado ni los alumnos se sienten realizados y dudo mucho que lo profesores lo hagan.
Ya no solo los de la PAU, sino niños de primaria. Es cierto que la PAU es uno de los momentos de más nervios en la etapa educativa, pero todo depende de la persona. En mi caso, no lo recuerdo estresante ni agobiante, pues estuve todo 2º de bachillerato preparándome en el instituto para ello, por lo que cuando llegó el momento, tan solo fue darle a todo un repaso y poco más.
A mí me preocupa mucho más ver a niños de 5 años o más cargados de deberes y agobiados por los exámenes. He podido presenciar como niños de 11 años tenían que dedicar las tardes enteras a estudiar porque al día siguiente tenían las famosas evaluaciones. Y, sinceramente, me parece inhumano que un niño tenga que cargar con esa situación de estrés. Algunas cosas que se enseñan en los colegios e institutos son inútiles, nunca van a servir para nada, y a ello se añade la carga de deberes inexplicables que generan desmotivación y, en ocasiones, conflictos en la familia. Ya es suficiente las 5 o 6 horas diarias que pasan en el aula como para que encima se les mande otras 3 o 4 para casa. Para ser clara, estoy en contra de los deberes, sí, de esos deberes de libro, de fichas, o esas redacciones que no sirven para nada. Después de clase, los alumnos tienen que disfrutar, jugar, aburrirse. En tal caso, estoy a favor de que se les mande crear mediante el juego, cosas que salgan de su imaginación, ya sean dibujos, historias o simplemente que cuenten lo que hicieron la tarde anterior, pero siempre a quien quiera hacerlo. Por experiencia lo obligado no llega a buen puerto, empezando porque no gusta y siguiendo porque lo que se hace obligado no se recuerda.
Pienso que si se les diera herramientas atractivas con las que descubrir y crear todo sería mucho más motivador y eficiente, porque al fin y al cabo, me preocupa más que se formen como persona, el que sepan matemáticas o lengua que lo decida cada uno.
Los alumnos de 2º de Bachillerato están agobiados por la PAU, ya que es uno de los momentos más esperados desde que entras al instituto, pero lo que mas me preocupa es ver a niños de 5 años ya agobiados por el montón de deberes que les mandan diariamente, esto les lleva a una desmotivación por el colegio, cuando debería de ser todo lo contrario, que los niños fuesen contentos a la escuela porque les gusta lo que hacen. Para ello, hay que darles las herramientas necesarias y la ayuda para que ellos saquen a pasear su imaginación y creatividad para construir, crear, jugar...
Desde la experiencia personal, considero que es muy triste que a los alumnos solo nos preparen para enfrentarnos a los exámenes, deberes, trabajos y no ayudarnos a aprender lo que realmente es necesario para la vida.
Los alumnos desde que entramos al colegio nos están agobiando, los profesores se empeñan en que aprendamos todo lo que está programado en el tiempo estipulado, entonces entramos en el agobio y el estrés, el agobio de un profesor que ve que el niño no consigue lo programado y el estrés de un alumno que ve que no cumple con las expectativas previstas y más se agobia. Desde pequeños tenemos que aprender a leer y escribir cuando marca la norma general, sin tener en cuenta que cada alumno es diferente y que cada persona posee un ritmo de aprendizaje distinto. Nos agobiamos y estrenamos porque todo salga según lo previsto, sin contar con que disten numerosas circunstancias que pueden cambiar todo.
Llegamos a las pruebas de diagnóstico, en las que todas la semana profesoras estamos en mayo y ya se han encargado de vivir en el agobio extremo para tener todo el temario dado, no vaya a ser que no demos buena imagen. Para mí una bien aimagen sería que todos los niños hayan aprendido todos los contenidos dados y sin agobios. Y ya no hablamos de segundo de bachiller, donde te repiten la palabra PAU hasta la saciedad, y dónde como no estudies al pie de la letra todos los apuntes olvídate de que te salga bien la selectividad. Ojalá un segundo de bachiller sin agobios, sin estrés, sin presión, ojalá una escuela donde aprendamos con gusto, donde vayamos a ella con ganas de aprender, y no con la sensación de que nos tienen que «meter a presión» una serie de contendidos, sólo con el fin de que cuando nos evalúen seamos los mejores.
Pienso que se está perdiendo el gusto por aprender, ya que los alumnos cada día llegan al sistema educativo más agobiados y presionados por la sociedad, tenemos que potenciar la curiosidad de los alumnos por aprender, podríamos seguir los pasos del sistema educativo Finlandés.
Me ha gustado mucho la frase que escribe el autor al final del articulo; ¨Ya no está de moda eso de despacito y buena letra¨, y además de verdad… ahora la educación se ha convertido en una carrera de atletismo, donde lo único que importa es llegar a la meta, y si es el primero mejor.. Así a lo loco.. Aunque para mí lo que realmente importa no es llegar a la ¨meta¨ sino el camino que hay antes de llegar a ella.
Y como es el camino de la educación?, ya no se forma a los alumnos para hacer de ellos un buen ciudadano dotado en valores y conocimientos que sepa desenvolverse y superar obstáculos en la vida.. Si no que se les forma como si fuesen esponjas de conocimientos que en pocos días se les olvida. Ahí es donde entra en juego un verdadero aprendizaje de un simple aprobado.
Tenemos que luchar por una escuela dinámica, divertida y sobretodo productiva donde se enseñen contenidos que sirvan para la vida real y que sean interiorizados por todos los alumnos y no que se olviden a la primera de cambio.. Una escuela con una metodología donde los alumnos valoren los aprendizajes adquiridos a lo largo del curso y que haga esos conocimientos suyos. En definitiva, hay que educarlos, enseñarlos, formarlos y prepararlos para la vida.. No adoctrinarlos ni machacarlos.
Yo, "por suerte", he podido estudiar en un sistema en el que las reválidas aún no estaban implantadas en el sistema. Aun así, la etapa de bachiller, como bien dice este post, es una etapa que, cuando estas dentro de ella, no se lo deseas ni a tu peor enemigo, pero una vez que sales de ella, te sientes satisfecha de los resultados obtenidos de dos años de esfuerzos continuos.
Claro que, una vez que sale de esta etapa, y, en mi caso, entras a la universidad, vuelve a ti un sentimiento de frustración al ver que, aunque te esfuerces al máximo, siempre te van a exigir más y más de lo que eres capar de dar y eso va a ser un hándicap que te acompañará a lo largo de tu vida.
Y, los niños de ahora, con el sistema de reválidas, no me quiero ni imaginar por lo que deben de estar pasando, con tanta exigencia, solo para que el centro quede primero en un ranking.
Como alumna de tercero de carrera, si echo la vista atrás y recuerdo mi recorrido por el colegio y sobre todo por el instituto, me doy cuenta de que prácticamente casi todos los contenidos de los libros siempre tan encorsetados, no despiertan curiosidad por lo que estás estudiando, y cuando creces te das cuentas que algunas de las cosas que estudiabas en el instituto te interesan y te llaman la atención, pero no del modo en que te hicieron estudiarlas en su día. Un ejemplo de ello es la literatura en Lengua Castellana, historia o filosofía. Pero desde mi punto de vista, la mayor causa de que esto ocurra es que nos hacen aprender demasiados contenidos en muy poco tiempo, es decir, bajo presión, y esto hace que no muestres interés, sino agobio y ganas de no volver a ver esos libros mas.
Luego está la idea que dice el autor, de que, parece que lo único que importa a los profesores, o más bien lo que les obligan a que sea su principal objetivo es dar contenidos, mientras que los alumnos tenemos la idea de que hay que aprobar y buscar la mejor nota. Sinceramente, he visto como alumnos de 10 no tienen nada que hacer sin sus apuntes aprendidos de memoria y personas que son de suficientes en esos exámenes y sin embargo saben muy bien de lo que están hablando.
Lo que quiero decir, es que esta forma de hacer la escuela, lo único que provoca es en los alumnos "malos" es rechazo a la escuela y a los "alumnos buenos" una competitividad entre ellos que más que hacerles ayudarse y nutrirse los unos de los otros, provoca un individualismo total.
La escuela de hoy en día no nos enseña a aprender realmente sino que se está convirtiendo en una competición, lo cual nos lleva a participar en los famosos "rankings internacionales".
Creo que lo único que esto hace es agobiar y saturar a los alumnos y que estos caigan en la desmotivación y desencanto. Mucha presión para los niños desde muy pronto. Una pena.
Desde mi punto de vista como alumna de primaria, secundaria y bachillerato puedo
decir que durante esa etapa he vivido ese estrés y agobio por exámenes y deberes
mandados para casa. Considero que como todo es importante tener tus ejercicios y
tus exámenes de evaluación, pero a su justa medida.
Como bien se dice en el texto vivimos en una sociedad en la que llenan a los niños
de primaria de ejercicios y a los de la ESO y Bachiller más de lo mismo y
sinceramente creo que lo importante es que los alumnos aprendan y dejen de
memorizar tanto las cosas.
El sistema educativo debería de cambiar, enseñar a los alumnos contenidos que le
puedan ser útiles para la vida. Se debería de dar menos importancia a los exámenes
y comenzar a hacer con otras metodologías si los alumnos han adquirido los
conocimientos o no.
Creo que es fundamental la reflexión sobre este tema, ya que muchas veces nos quedamos en lo superficial, en las notas obtenidas, pero en mi opinión esto no significa necesariamente que el método que se está llevando a cabo sea efectivo.
Los alumnos tienen tantas cosas que hacer que no tienen tiempo para reflexionar, para pensar verdadera y detenidamente en lo que están leyendo. En mi opinión este es el mayor fallo del sistema educativo actual, que obliga (o nos obliga) a los alumnos a leer y memorizar multitud de información, pero no se le da importancia a la reflexión. El sistema educativo debería contribuir a la formación de personas con capacidad crítica, capaces de pensar por ellas mismas y reflexionar sobre los asuntos que les afectan, y está claro que esta es una asignatura pendiente.
Creo que es fundamental la reflexión sobre este tema, ya que muchas veces nos quedamos en lo superficial, en las notas obtenidas, pero en mi opinión esto no significa necesariamente que el método que se está llevando a cabo sea efectivo.
Los alumnos tienen tantas cosas que hacer que no tienen tiempo para reflexionar, para pensar verdadera y detenidamente en lo que están leyendo. En mi opinión este es el mayor fallo del sistema educativo actual, que obliga (o nos obliga) a los alumnos a leer y memorizar multitud de información, pero no se le da importancia a la reflexión. El sistema educativo debería contribuir a la formación de personas con capacidad crítica, capaces de pensar por ellas mismas y reflexionar sobre los asuntos que les afectan, y está claro que esta es una asignatura pendiente.
Creo que es fundamental la reflexión sobre este tema, ya que muchas veces nos quedamos en lo superficial, en las notas obtenidas, pero en mi opinión esto no significa necesariamente que el método que se está llevando a cabo sea efectivo.
Los alumnos tienen tantas cosas que hacer que no tienen tiempo para reflexionar, para pensar verdadera y detenidamente en lo que están leyendo. En mi opinión este es el mayor fallo del sistema educativo actual, que obliga (o nos obliga) a los alumnos a leer y memorizar multitud de información, pero no se le da importancia a la reflexión. El sistema educativo debería contribuir a la formación de personas con capacidad crítica, capaces de pensar por ellas mismas y reflexionar sobre los asuntos que les afectan, y está claro que esta es una asignatura pendiente.
No solo hay que culpar a los docentes de este exceso, tenemos que tener en cuenta que las ordenes y directrices que hay que llevar a cabo vienen por parte de la consejería y de la ansiedad de querer acabar con todo el temario, sin tener en cuenta que es mejor la calidad a la cantidad.
Se necesita disminuir las asignaturas y hacer que los niños tenga menos presiones y puedan disfrutar de su vida social.
Muchos niños y adolescentes se encuentran agobiados por la gran carga de trabajo que se les exige y por ende también los padres de estos alumnos. En mi opinión, pienso que aunque tengan que llevar a cabo diversas tareas y exámenes, se debería de valorar que el sistema educativo se adaptará un poco más al ritmo de trabajo de estos alumnos y que les dejarán un poco más de libertad, ya que el relacionarse con sus iguales o llevar a cabo otro tipo de actividades extraescolares también es importante para su socialización entre otras cosas.
Al final están haciendo de la educación, que sea una mera transmisión de conocimientos por parte de los docentes y en cuanto a los alumnos que sean sólo una simple nota. Esto lleva a la desmotivación y más tarde al fracaso/abandono escolar.
"Lo importante es el camino, no la meta"