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De la escuela de ayer a la escuela del mañana. Decía yo en el 2011

De vez en cuando conviene mirar hacia atrás analizar y reflexionar sobre la evolución y desarrollo de  nuestros hábitos y comportamientos tanto en nuestra vida profesional como en la personal. Conviene tener una idea global y con las perspectiva adecuada, del momento en que nos encontramos y sobre todo estar preparados  o tener los mecanismos previsores adecuados para poder afrontar con garantías un futuro que se avecina cada vez más incierto en todos los órdenes.


A nadie se le escapa que  nuestras sociedad avanza y evoluciona cada vez con pasos más agigantados y pone en cuestión hábitos, valores , costumbres, modos de relación que, si bien no eran cuestionados hace apenas un par de décadas, ahora se ponen en entredicho por la irrupción de una cultura que tiene que ver mucho o todo con lo digital. Un mirada hacia atrás en los últimos 20 años nos hacen ser testigos directos de este avance con la llegada de los ordenadores y sobre todo con la irrupción de Internet, la banda ancha , la tecnología móvil  y la aparición de soluciones tanto de hardware como de software de ultima generación que ha modificado nuestra forma de entender las relaciones, las comunicaciones, el ocio e incluso nuestra vida profesional, hoy en día no podríamos entender el mundo si este tipos de avances que impregnan de lo  digital gran parte de nuestra vida.

Vivimos, y estamos siendo protagonistas de primera mano, en plena transición de una sociedad analógica con una cultura analógica hacia una sociedad digital y una cultura digital, nuestros jóvenes y adolecentes han nacido en una sociedad en donde lo analógico apenas carece de sentido y es lo digital lo que cuenta, lo que vale, lo que está y lo que hay, por lo tanto parece lógico y necesario que nuestros centros educativos desde las escuelas de primaria, pasando por los centros de secundaria y llegando hasta la Universidad , den  la respuesta adecuada a nuestro jóvenes y los preparen y capaciten para su desarrollo personal y profesional el un mundo totalmente digitalizado como el que están y se encontrarán cuando sean adultos. 

¿Está respondiendo la escuela a los retos que la plantea la Sociedad Digital?

Siempre se dice que la sociedad va muy por delante de la escuela, que los cambios en esta son lentos y complejos y es verdad, pero nunca como hasta ahora se ha enfrentado la escuela a una tesitura como la actual,  si la sociedad avanza sin pausa  hacia un sentido  la escuela no puede quedarse quieta, no puede ni debe quedarse anclada en unas estructuras organizativas, en unos curriculums y en unas práctica metodológicas que fueron pensadas y diseñadas para un mundo analógico que casi ya no existe, no se puede prepara a los alumnos de hoy del siglo XXI de la misma manera que nos prepararon a nosotros, si la escuela prepara para la vida, hoy la vida también está en la red, en lo digital, por lo tanto la escuela tiene que evolucionar hacia una nuevo diseño curricular, un nueva organización de tiempos y espacios y una nueva redefinición de lo que es ser docente y lo que es ser alumno. 
Bien es verdad que las administraciones han dotado de tecnología a los centros, que hay una oferta formativa amplia y variada para los docentes en el uso de la tecnología, pero en cambio creo que sigue reproduciendo, más que menos, un modelo de enseñanza-aprendizaje que no se corresponde ni con el momento actual ni mucho menos con un futuro inmediato. Se podría decir que hemos metido la tecnología en los centros con calzador pero si modificar nada que favorezca y que potencie todo lo bueno que las tecnología nos puedo aportar.

No tiene sentido seguir apostando por un modelo metodológico excesivamente academicista, reproductivo, memorístico y muy  libresco, la escuela tiene que dar paso a modelos pedagógicos abiertos, colaborativos, donde todos aprendan de todos, donde los alumnos sean realmente los verdaderos protagonista de su aprendizaje,  donde se propicien experiencias, relaciones, donde se fomente la creatividad, la iniciativa, la toma de decisiones, la responsabilidad, con un curriculum flexible, con una aulas dinámicas donde abunden mas las conversaciones y las reflexiones en grupo que los monólogos, las creaciones que las repeticiones.

El saber, la información, hace 20 años estaba solo en los libros y en las enciclopedias, hoy en día además ese saber y mucho más está en la red, circula por Internet  y lo construimos entre todos, para lo bueno y para la malo. Tenemos que reconsiderar el concepto de alfabetización, no es lo mismo alfabetizar hoy que hace 20 años. No se trata de meter tecnología no es eso, se trata de cambiar metodologías , no se trata de cuestionar la tecnología no, no es eso, para avanzar hacia la  escuela del siglo XXI hay que potenciar la pedagogía, la didáctica, los procesos y para eso con la tecnología se puede, sin ella también, pero con la tecnología es mucho más fácil. 

Tenemos ante nosotros una nueva sociedad por lo tanto necesitamos una nueva escuela con tecnología si, pero sobre todo, con otra forma de enfocar y de abordar todos los procesos de enseñanza-aprendizaje, con unos diseños curriculares para una sociedad digital donde el peso no caiga sobre los contenidos sino sobre los procesos , en definitiva , una escuela del siglo XXI para los alumnos del siglo XXI.

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