En aquel mes de septiembre de 1983 cuando me hicieron tutor de aquel 6º de E.G.B. y yo con 23 años, se parece muy poco a este septiembre de 2007 y tratando de describir en este blog sensaciones de un maestro, aunque todavía sienta ese consquilleo en el estómago de cada principio de curso.
Miro hacia atrás, intento ordenar los buenos recuerdos e intento buscar la causa de los malos. Recuerdos de alumnos, de compañeros algunos ya desaparecidos, de sinsabores, de momentos mágicos…
Me recuerdo a mi “peleando” por esa escuela abierta, participativa y cómo eso, a veces, era chocar contra un muro de piedra dura..¡ Ah ¡, la escuela que uno sueña…
Y aquí me veo, algo impensable entonces, contando a quien lo quiera leer, las impresiones de un joven que si hizo maestro porque no le gustaba la escuela que había y pensaba que podía cambiarla, que tomó partido por la renovación, por salir de la rutina, por abrir la puertas de las aulas y de los centros, por pensar que desde la escuela se puede cambiar el mundo, por creer que el ser maestro es el mejor de los trabajos.
Y aquí estoy con 25 cursos a las espaldas pero lo mejor, lo mejor de todo es que no he cambiado de opinión, a pesar de los pesares, a pesar del tiempo, a pesar de los muros, de la rutina, de la incomprensión, creo que la escuela puede cambiar el mundo y el de maestro es el mejor de los oficios , ¿ no?.
Comentarios
Mucho ánimo para esta nueva vuelta al cole.
Un abrazo!
Pedro Cuesta Morales
Felicidades y animo para los muchos años que te quedan....
¡¡¡Otra escuela es posible!!!
Que pueda felicitarte dentro de otros veinticinco.
Juan Ballesteros
Como testigo que fuí de tus comienzos,me alegra ver que lejos de perder la ilusión o acomodarte, has avanzado al ritmo que la sociedad actual exige y mirando siempre hacía el futuro,lejos del estancamiento en el que a veces caeis los que os dedicais a la docencia, a veces por impotencia y otras por comodidad.
Todo ello sin perder tu buen humor, tu esencia, tu vitalidad y tu espirítu de lucha. Y lo mas importante de todo, inculcando unos valores éticos y morales de respeto a los demás, amor por la naturaleza y educación fuera del contenido estríctamente lectivo, de los que hoy en dia me enorgullezco porque al final son esos valores lo que nos forman como personas.
Hoy, después de esos 26 años, sigo recordandote a tí y otros profesores que tuve la suerte de tener, con gran cariño y gratitud. Como madre que soy de tres niños les deseo que se encuentren en su camino con profesores como los que yo tuve la suerte de contar y entre los que te encontrabas.Y desde casa intento inculcarles los mismos valores que aprendí hace 25 años.
Gracias Domingo
Marisa Saorín Camacho
Qué alegría el saber ti. Me has emocionado con tus comentarios y me reconforta enormemente todo lo que dices de mi,son muy gratificante tus palabras, ya que desde la perspectiva que da el tiempo,mas de veinte años, tienen más valor aún si cabe.
Un fuerte abrazo