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Mostrando entradas de abril, 2014

10 años de estar juntos: Eso no es "na". Gardel dixit.

En el año 2004, o año 1 de este blog, yo aún tenía abuela, fumaba como un carretero, pesaba unos 100 kilitos, no sabía lo que era un blog, jamás había oído hablar de Twitter, odiaba el deporte y no conocía a la persona que inició esta bitácora. Tal cual lo digo. Lo que puede cambiar la vida de uno en 10 añitos de nada. Parece mentira, a juzgar por la intensidad de mi amistad con él en la actualidad, que sólo hayan transcurrido cuatro años desde que lo conocí en marzo de 2010 cuando vino al CITA a participar en un seminario sobre Ordenadores en el Aula.   Volvimos a vernos unos meses después en una KDD de Twitter en Salamanca, a la que yo asistí en calidad de tuitero consorte. Ni siquiera tenía cuenta entonces.   Aquella quedada me introdujo en el siglo XXI en cuanto al uso personal de la tecnología y me trasladó al siglo XXIII en lo educativo. Los planteamientos pedagógicos ya los había oído en otras ocasiones, pero la forma en que se expresaban era totalmente nueva. Fue preci

10 años de estar juntos.- Atrapado en el tiempo

Es muy posible que alguno de los lectores de este blog conozca al gato de Schrödinger , ese extraño animal que, bajo amenaza cuántica, puede estar vivo y muerto a la vez. No es mi intención disertar sobre física ni tampoco sobre gatos; más bien lo que ocurre es que, en esta reflexión sobre el pasado y el presente de las TIC en el aula a la que he sido invitado, la primera imagen que me ha caído en mientes ha sido la del célebre gato muertivivo. Ahora explicaré por qué. Este blog, que me honra como huésped, está a punto de cumplir diez años. Mirar tanto tiempo atrás en esta blogosfera educativa me hace sentirme paradójico, como el gato de Schrödinger, aunque en este caso la sensación es de hallarme en el mismo sitio o muy lejos a la vez. Me incorporé pronto al mundo de los blogs educativos y este hallazgo cambió mi vida, literalmente. Conocí docentes que compartían abiertamente sus experiencias de aula y que expresaban en público dudas y certezas que yo mismo rumiaba en privado.